En un mundo
perfecto, no existirían substitutos de un producto de calidad a un precio de
oferta. Pero este no es un mundo perfecto y muchas veces la única diferencia
entre la mediocridad y el dominio del mercado consiste en planificar una buena
forma de manipular las mentes de los consumidores. Estas son las tres formas en
que las grandes corporaciones han manipulado la forma en que comemos:
Engañar a
los doctores para decir que el Tocino es un alimento saludable en el desayuno
Esto es algo
que probablemente nunca te has preguntado: ¿Por qué algunas comidas son
consideradas como “alimentos para el desayuno” (Panqueques, tocino, huevos) y
otras no? ¿Qué es lo que tendría de extraño comer panqueques para la cena y
Pizza para el desayuno?
Si es que
nos aconsejan comer tocino solo para el desayuno, eso no es nada más que una
maniobra de Marketing. Cuarenta años atrás, comer tocino en el desayuno era una
conducta tan alienígena como comer pan de pascua con palta.
Como las
corporaciones manipularon nuestra mente:
Edward
Bernays, el relacionador público más influyentes del Siglo XX, recibió una
tarea sencilla: vender tocino como pan caliente. Para cambiar la percepción del
público de que el tocino era un elemento no saludable, Bernay recurrió a
“autoridades externas”. Para ello, organizó un estudio científico en que se
recomendaba que la gente tuviera “desayunos pesados”. En ese estudio, Bernay
aprovecho de publicitar el tocino y los huevos como “desayunos pesados”.
McDonalds le
quita el sentimiento de culpabilidad a pedir más comida
En los años sesenta, la comida chatarra en Estados Unidos era realmente
pequeña. Las hamburguesas de esa época eran cuatro veces más pequeñas que las
actuales. La filosofía del asunto era la siguiente: vender hamburguesas baratas
y chicas, para que la gente quedara hambrienta y pidiera una segunda. Era más
rentable vender dos hamburguesas chicas que una sola grande.
Sin embargo,
en los setenta Mc Donalds empezó a tener bajas ventas. Entonces se dieron
cuenta de que existe un cierto estigma social hacia alguien que pide dos
porciones. Es algo así como caer en el pecado de la gula. La nueva táctica
sería: ofrecer comida grande y promover “agrandadas” y hamburguesas “aun mas
grandes”.
Como las
corporaciones manipularon nuestra mente:
El plan
consistió en volver normal la idea de comprar comida más grande. Había que
poner en el Menú grandes hamburguesas, promover que sean “agrandadas” y cobrar
según el tamaño de lo que está pidiendo. Esto se complementaría diciéndole a
los cajeros que les ofrezcan los tamaños más grandes y las “agrandadas” a los
clientes, enviando el mensaje subconsciente de que “Esta bien comer comida el
doble de los recomendada para alguien de tu tamaño. De hecho, preferimos que
pidas siempre lo más grande”. Al mismo tiempo en que Mc Donalds comenzó a
utilizar está practica, la obesidad creció a nivel mundial.
La invención
del “Coffee Break”
Algunos de los que están leyendo este artículo toman más café que agua. Aunque ahora parezca que tomar café es algo inherente a un día laboral, el café no fue siempre tan popular como ahora, en que hay un Starbucks en cada esquina. En los años 50, el café se estaba volviendo algo anticuado. La gente lo consideraba como un refresco de segunda categoría en comparación con las bebidas Cola.
Como las
corporaciones manipularon nuestra mente:
Para cambiar
esta situación, los emergentes productores de Café, como Colombia, se asociaron
con las compañías cafeteras de Estados Unidos formando el “Comité del Café
PanAmericano”.
Este comité, gastó 2 millones de dólares anuales
(equivalentes a 40 millones actuales) en una campaña para que a los gringos les
volviera a gustar el Café. Para conseguir este objetivo, contrataron al
psicólogo John B. Watson. El psicólogo se dio cuenta que durante la Segunda
Guerra Mundial, algunas industrias comenzaron a dar a sus empleados un par de
minutos libres en cada cambio de turno. Durante estos ratos, los trabajadores
se tomaban rápidamente una taza de café para sentirse más despiertos.
Una de las
campañas de Marketing más exitosas de la historia
Entonces Watson concibiendo la novedosa idea de
asociar al café con la posibilidad de “trabajar menos”. Así fue como comenzaron
a salir una serie de propagandas que hablaban del nuevo “Coffee Break”. La
estrategia dio resultado y ya en los sesenta, el 80& de las empresas
gringas le dieron a sus empleados un pequeño descanso. Y este no se llamó “Cola
Break”, “Candy Bar Break” o “Break de lectura”. Simplemente se llamó “Coffee
Break”, gracias a una de las campañas de Marketing más ingeniosas de la
historia.