miércoles, 27 de mayo de 2015

La realidad de los Arcontes







Por  John Lash  2010 del Sitio Web MetaHistory traducción de Editorial-Streicher 7 Agosto 2012
del Sitio Web Editorial-Streicher Versión original

En el siguiente texto (de su sitio www.metahistory.org) el señor Lash realiza una descripción sumamente aclaratoria del texto gnóstico La Hipóstasis de los Arcontes que en la entrada anterior en este blog hemos puesto en castellano.

Por lo mismo hubimos de re-interpretar una frase en nuestra traducción. Como siempre, independiente de la orientación final, las anotaciones de Lash son confiables por su rigor científico y su notable erudición.

Creemos que con esto más de alguien puede entender un poco más el antiguo texto aludido y otras materias del gnosticismo relacionadas. El texto que hemos traducido ahora está inserto en un propuesto plan de lectura sobre la biblioteca descubierta en Nag Hammadi, ayudado por estos comentarios.

Lo que sí nos llama la atención es la mención de palabras griegas, cuando sabemos que "La Hipóstasis..." sólo se conserva en un único testigo redactado en copto.

También llamado La Hipóstasis de los Arcontes, y La Realidad de los Gobernadores.

Tratado cosmológico que presenta la versión gnóstica del Génesis. Asunto central: el mito de Sofía, la generación de los Arcontes, la violación de Eva, la locura de Yaldabaot, la conversión del Sol y otros rasgos mitológicos.

La Realidad de los Arcontes nos presenta un discurso más o menos directo sobre el mito gnóstico de la Creación.

Éste es el primer texto sobre cosmología que se encuentra hasta ahora en el plan de lectura [hecho por el autor sobre los textos de Nag Hammadi]. Hay sólo cinco de tales textos en la recopilación entera, siendo La Hipóstasis de los Arcontes el más breve y el más accesible de los cinco.

Por ello este es un buen lugar para excavar en el material cosmológico. Está directamente después del Evangelio de Felipe en el Códice II, y es seguido por Sobre el Origen del Mundo, otro tratado cosmológico - un caso raro en los Códices de Nag Hammadi donde textos comparables están puestos juntos.

Presentando la traducción de Bentley Layton, Roger A. Ballard escribe:

"La Hipóstasis de los Arcontes es ciertamente el trabajo de un maestro gnóstico que instruye a un auditorio... El auditorio es una comunidad cristiana gnóstica, consciente del material de ambos testamentos [de la Biblia] y aceptador de la autoridad de Pablo".

Ésta es una típica presunción de los eruditos que ellos se permiten, cuando consideran los materiales gnósticos como si fueran borradores de las escrituras cristianas tempranas.

Es cierto que el primer párrafo alude a una expresión que se encuentra en las cartas de Pablo, a los Colosenses y a los Efesios, pero ¿quién podría asegurar que Pablo mismo no deriva originalmente aquel lenguaje desde los círculos gnósticos?

En cualquier caso, ese lenguaje estaba en circulación, y la manera de mencionar a Pablo como el "gran apóstol" dice más sobre el auditorio al que se dirige que sobre la enseñanza dirigida a ellos.

La frase "Les he enviado esto porque ustedes preguntan acerca de la realidad de las autoridades (en griego, exousia)", podría sugerir que al maestro gnóstico le han pedido clarificar o corregir lo que se cree que Pablo ha dicho.

Egotismo Cósmico

La Hipóstasis de los Arcontes comienza in media res [no desde el principio sino con la historia ya empezada].

Luego salta inmediatamente a un acontecimiento decisivo en el mito gnóstico de la Creación: el dios impostor, que es ciego, declara que él es el único dios en el universo; pero él es refutado por una voz divina que le dice que él está equivocado.

Aquí el texto ofrece un aparentemente inmotivado exabrupto:

"sus pensamientos se volvieron ciegos" (87.5) [o "se hicieron irracionales"].

Que la gente pueda pensar en una manera ciega (irracional), ignorante de la naturaleza de sus pensamientos, e inconsciente del efecto que auto-obscurece el proceso del pensamiento, es una enseñanza frecuente en el budismo y en las ciencias noéticas (de la mente), pero los gnósticos le añadieron un extraño giro, asociándolo con un arrogante acto de egotismo cósmico.

Ellos enseñaban que los procesos en la psique humana están atrapados en la red de los acontecimientos que ocurren en el cosmos en general ("paralelismo cosmo-noético"). En nuestras mentes estamos implicados en la locura y la arrogancia del gobernante principal.

Para un extraordinario paralelo con el egotismo del dios impostor en el mito gnóstico, véase La Locura del Ego.

En la Hipóstasis de los Arcontes las autoridades o gobernantes son inicialmente llamados Exousia [?], el término que se encuentra en los escritos atribuidos a Pablo, pero luego en el texto aparece el nombre Archontoi.

El jefe de los Exousia no es llamado por su nombre habitual, Yaldabaoth, como ocurre en otras partes en los Códices de Nag Hammadi. En las enseñanzas de Misterio sobre las "esferas planetarias" los Exousia están relacionados con Júpiter y la fuerza de la envidia (en griego, phthonos).

La Hipóstasis de los Arcontes no explica, como lo hacen otros tratados cosmológicos, cómo el gobernante principal fue producido desde "el abismo" (en copto, NOUN), aquí llamado "su madre" (en copto, MAAY). La palabra NOUN indica que la autoridad principal y su legión provienen del reino de la materia elemental, del caos, del abismo.

Esto es lo que llamamos campos cuánticos, la (presunta) matriz inorgánica de la vida orgánica.

Sofía - aquí llamada Pistis Sophia, "la Convicción o Certeza de la Sabiduría" - estableció un mundo celestial para las autoridades,

"en conformidad con su poder", formando aquel mundo "a partir del modelo (typos) de los mundos que están encima, ya que comenzando del mundo invisible fue inventado el mundo visible"

(87.10)

Los "mundos superiores" están en el Pleroma, la fuente de todos los modelos "arquetípicos" de manifestación.

Los Arcontes no pueden inventar nada. Todo tiene que ser hecho por Sofía, un Eón del Pleroma. 

Otros textos dicen que el gobernante principal crea realmente su propio mundo en el cielo, el sistema planetario, imitando los modelos del Pleroma; pero si él es ciego, ¿cómo puede ver aquellas formas divinas?. Este pasaje supone que Sofía engaña al dios impostor Yaldabaot para que piense que es él el que hace lo que hace ella, la genuina Divinidad, por él.

Ahora un acontecimiento sublime: la figura de la "Incorruptibilidad" es reflejada en el reino del caos desde donde surgen los Exousia.

En las formaciones compuestas de la lengua copta, la palabra "incorruptibilidad" está construida con TAKO = "corromper, perecer", con los prefijos AT– = "no", y MNT - que funciona como el sufijo -ción: de aquí, MNTATTEKO, "capacidad de no corromper (se)". (La A de TAKO se cambia a una E, una de las muchas desconcertantes irregularidades ortográficas en copto).

La Incorruptibilidad es también llamada "inextinguibilidad".

Esta (para nosotros) abstracción es presentada como una conciencia, viviente y presencial, aun cuando no le sea dado un nombre divino o angelical, como Elelat. Extrañamente, esta presencia abstracta, que supuesta-mente está en el Pleroma, produce una imagen en la materia elemental (MOOY, "aguas"), y los Exousia la desean, pero son incapaces de alcanzarla. Se nos dice que ellos pueden desearla porque ellos tienen alma, pero no espíritu.

Éste es el más cercano de los Códices de Nag Hammadi que viene a afirmar que los Arcontes tienen alma, una vida interior de algún tipo. Ellos pueden desear y añorar algo, pero luego caen en la envidia por lo que no pueden tener.

Aparentemente la imagen de la Inextinguibilidad (Eternidad) se parece a la forma humana, la cual los gobernantes, ahora llamados Archontoi, intentan copiar.

Los Arcontes "hicieron planes" y dijeron:

"Vamos, creemos a un humano (ROME) que será del suelo de la tierra (KAZ, variación del griego ge, gaia)".

No está claro si ellos modelan a un hombre, un varón, o a la forma humana general (¿tal vez un andrógino?), porque la palabra copta ROME se usa de modo indistinto para "varón" y para "humano".

El segmento 87.30 dice que ellos modelaron la forma humana a partir de la "imagen de Dios", o "aparición divina".

Inmediatamente nos enteramos de que la imagen es femenina, porque los Arcontes ahora determinan "ver a su contraparte masculina". Ellos primero moldean una forma femenina o matriz y luego producen a partir de ella una forma masculina a la que ellos infunden su aliento, pero la forma masculina es incapaz de sostenerse en pie.

Este incidente recuerda los mitos indígenas de la Creación que describen una tentativa arruinada de producir la forma humana - por ejemplo, los del Popol Vuh. Los Arcontes soplan furiosamente, pero son incapaces de animar su creación pseudo-humana (88.10).

Luego viene un pasaje notable.

El espíritu del Pleroma, observando que "la forma humana dotada de alma (psychikós)" es incapaz de alcanzar su verdadera estatura (de ponerse de pie), envía una parte de sí desde la "Tierra Adamantina" hacia la criatura que se empeñaba. Y "el hombre se convirtió en un alma viviente",

PSIQUE ETONE.

El término ETONE también aparece en el nombre de los Misterios "Jesús el Viviente", como lo hemos señalado. Por medio de "viviente" los gnósticos querían significar algo como "eterno", más bien que simplemente "vivo". (Esto recuerda la diferencia entre zoé, la fuerza de vida inmortal, y bíos, la fuerza de la formas biológicas de vida, explicada por el mitólogo Karl Kerenyi en su libro Dionisos).

La Región o Tierra Adamantina es un término llamativo que recuerda las enseñanzas budistas sobre la Conciencia Adamantina o Diamantina (Vajra). Tal conciencia reside en el Pleroma, pero por causa de que Sofía está unida con la Tierra, la presencia divina del Pleroma impregna la Tierra.

Con el respaldo del Eón Sofía, Adamas (Adán, "criatura de la tierra") ahora se yergue derecho y demuestra su poder espiritual nombrando a los animales. Los tipos masculino y femenino de la Humanidad (ROME) viven en un mundo Edénico, un paraíso natural, la biósfera.

Sofía habita la biósfera entera, pero Ella está también presente en ésta mediante el medio específico del resplandor blanco vivo o Adamantino, la Luz Orgánica.

La mitología de la Hipóstasis de los Arcontes de ese modo explica la base de la experiencia central de la iniciación en los Misterios: la instrucción por medio de la Luz.

El Fruto Prohibido

En la versión gnóstica del Génesis, los gobernadores (Arcontes) prohíben a los Primeros Padres comer del árbol que permitiría que ellos discernieran el bien y el mal, y les imponen la amenaza de muerte.

La historia tiene un sentido extraordinario, ya que se nos dice ahora que a los Arcontes se les permite que hagan esta prohibición justamente de modo que los Primeros Padres desobedezcan, coman el fruto prohibido, y por consiguiente adquieran los poderes de la percepción intensificada.

La iluminación espiritual viene de comer el fruto prohibido, de modo que,

"Adamas no pudiera considerarlos (a los Arcontes) como lo haría una criatura limitada a la densa percepción materialista"

(89.5).

Cuando los Arcontes comprenden que el conocimiento prohibido le da a Adán el poder para detectarlos por lo que ellos realmente son, buscan luego la forma de sumergirlo en un estupor, bloqueando la elevada percepción de Adán.

Para lograr aquello, ellos realizan una operación grotesca: ellos abren su costado y "lo rellenan con un poco de carne en el lugar de ella (Eva)", de modo que él es reducido de ser una criatura espiritual (pneumatikós) al estado más modesto de una criatura con alma (psychikós). Claramente, Adán está afrontando algunas malas jugadas de los Arcontes.

Note que el escenario gnóstico de Edén no es simplemente una inversión de la situación bíblica, presentando a un falso dios creador que trabaja contra la Humanidad.

En la versión gnóstica, Adán y Eva no pecan en términos humanos. Ellos no desobedecen meramente los mandamientos del dios creador sino que logran acceder a poderes de la cognición que dejan al descubierto al dios creador.

En resumen, ellos exhiben una superioridad espiritual por sobre los Arcontes, y es por ello que ellos son "castigados" mediante el intento de los Arcontes de sumergirlos en un estupor. El hechizo puesto sobre Adán no disminuye su conciencia ordinaria sino que bloquea su capacidad para la conciencia aumentada.

Si esta interpretación es correcta, esto muestra que los gnósticos eran conscientes de que los poderes arcónticos - y sus representantes humanos - albergan la intención de privar a la Humanidad de la experiencia de la conciencia intensificada, es decir, del éxtasis cognoscitivo típico de la práctica chamánica con plantas enteógenas [que generan lo divino dentro].

 De hecho, el programa del patriarcado, directamente hasta nuestros días, siempre se ha opuesto al contacto experimental y a la comunión con la Naturaleza Sagrada en estados alterados.

El fruto prohibido original puede bien haber sido una planta enteogénica, como el hongo sagrado Amanita muscaria.

Todo esto procede de Edén, el paraíso terrestre en la Tierra, pero de manera diferente a como la historia va en el Antiguo Testamento. Y hay más re-escrituras gnósticas del mito judeo-cristiano de la Creación. Eva no es afectada por el sueño profundo impuesto sobre Adán. Ella lo despierta de su estupor.

Al verla, él reconoce que ella es "la madre de la vida", TIMAAY NNETONE, así como el "médico" que protege la vida. Los Arcontes están profundamente disgustados porque Eva ha derrotado su plan de dejar estupefacto a Adán, de modo que ellos trasladan su atención hacia ella.

Aquí La Realidad de los Arcontes presenta una versión del mito del mestizaje con alienígenas de las tablillas cuneiformes sumerias:

«Y los Arcontes se sintieron atraídos hacia Eva, la mujer primigenia. Ellos se dijeron el uno al otro: "Vamos, sembremos nuestra semilla en ella", y ellos la persiguieron. Y ella se rió de ellos por su estupidez y su ceguera; y estando al alcance de sus garras, ella se convirtió en un árbol, y dejó delante de ellos el reflejo de la sombra de ella».

Contrariamente a la opinión ampliamente sostenida de que las historias cuneiformes demuestran que hubo una intervención alienígena en la genética humana en la prehistoria, este texto gnóstico (y no sólo éste) niega que los Arcontes tuvieran éxito en su intención de violar a la mujer primigenia, Eva.

Ellos, sin embargo, pretendieron realmente a una imagen de mujer,

"y ellos la profanaron suciamente"

(89.25).

El texto extrañamente especifica que "ellos profanaron el sello de su voz".

¿Qué puede significar esto

En términos cosmológicos, es difícil decir lo que los Arcontes están haciendo aquí, pero en términos psicológicos - que, recordemos, siempre corren paralelos con los acontecimientos cósmicos en la visión gnóstica de la realidad humana - esto sugiere que el sexo femenino ha llegado a ser profanado, difamado y denigrado. Esto es exactamente lo que ha sucedido con el ascenso de la religión patriarcal: la voz distintiva de la mujer, su autoridad para hablar por ella misma y por la Diosa, ha sido difamada y profanada.

Ambos temas, la profanación de la mujer y la prohibición de los ritos enteogénicos, son centrales para la agenda dominadora del patriarcado.

Kenneth Rexroth, que rastreó los orígenes del gnosticismo hasta "el Neolítico o aún más temprano", declaró que la devoción a la "diosa redentora" en los Misterios explica el fuerte y distintivo,
"énfasis anti-patriarcal de la mayoría de los textos gnósticos"

("A Primer of Gnosticism", en G.R.S. Mead, Fragments of a Faith Forgotten, p. xiii).

Y el erudito gnóstico John D. Turner señala:

"Los gnósticos comprendieron que la verdadera fuente de la coerción llevada a cabo por las estructuras patriarcales yace en el demiurgo", el falso dios creador.

(Response to "Sophia and Christ" in the Apocryphon of John, de Karen L. King", pp. 177-186, en Images of the Feminine in Gnosticism).

Esto es ciertamente evidente en las revisiones mitológicas de La Realidad de los Arcontes.

Sería coherente con el diseño de los Arcontes hacer a la mujer inferior al hombre, a quien ellos han engañado y han dejado atontado. Los gnósticos enseñaban que los pseudo-dioses en efecto intentaron esto, pero fallaron porque la mujer se convirtió en "el instructor" del hombre.

El instructor asume la forma de una serpiente.

El texto hace un juego de palabras en arameo entre serpiente e instructor. El "principio instructor femenino" es kundalini, el Poder de la Serpiente. Este poder es una facultad interna de un dichoso conocimiento innato, o éxtasis cognoscitivo. Los gobernadores actuaron por envidia cuando prohibieron el acceso al árbol del conocimiento, precisamente porque el fruto del árbol libera el Poder de la Serpiente.

El mito (90.10) sugiere que originalmente este poder pertenecía a las serpientes, o era llevado por los reptiles, pero les fue quitado y trasladado a la Humanidad.

La Medicina de la Serpiente

La "mujer carnal", TISHIME NSARKIKE, también llamada la Eva carnal, está biológicamente ligada con la mujer, contrapuesta a la mujer espiritual o "pneumática" que es el instructor de la raza humana.

En el mito gnóstico, Eva, la Mujer Espiritual o Pneumática, no es la tentadora de Adán, sino su libertadora. Ella se distingue de la mujer carnal, una criatura obligada por su naturaleza biológica más bien que dominadora de ésta:

"Abandonando a la [carnal, biológicamente determinada] mujer, la Mujer Espiritual entra en la serpiente e instruye al hombre y a la mujer para que coman del árbol del reconocimiento del bien y del mal, contra la orden de los gobernadores.

Este acto de instrucción espiritual es al mismo tiempo un acto de insubordinación. Al interrogar a Adán, los gobernadores se enteran de que la mujer le dio del árbol y ellos la maldicen"

(Anne McGuire, "Virginity and Subversion: Norea Against the Powers in The Hypostasis of the Archons", pp. 239-258, en Images of the Feminine in Gnosticism).

La Eva Carnal y su contraparte masculina son criaturas con alma que carecen del elevado entendimiento que otorga la iluminación psicosomática.

Debido a su "carencia de conocimiento" ellos sienten vergüenza, estando "desnudos del elemento espiritual (pneumatikón)", pero ellos no olvidan lo que han visto en la gnosis relacionado con los asuntos divinos.

Cuando Adán le dice a los Arcontes que Eva lo puso en alerta ante la influencia de ellos,
"el arrogante gobernante maldijo a la mujer"

(91.30).

Ellos luego se volvieron y maldijeron a la serpiente, no comprendiendo que ésta era la forma en la cual ellos ellos mismos habían sido modelados - una referencia asombrosa a la forma "reptiliana" o dracónica de los Arcontes.

La "maldición sobre la serpiente" es la respuesta de ellos al serpentino instructor, kundalini, mediante el cual los humanos pueden resistir y repeler la intrusión alienígena, y sanar los traumas causados por la agresión arcóntica. Kundalini es la medicina de la serpiente.

La Hipóstasis de los Arcontes atribuye la expulsión desde Edén a los Arcontes, cuyo jefe es Yaldabaot, identificado con Yahvéh.

Esto es coherente con la narrativa del Antiguo Testamento, pero en el Antiguo Testamento Yahweh es considerado como el estricto dios creador que castiga con toda justicia a la Humanidad por su desobediencia, mientras que aquí el dios creador es un alienígena demente que toma represalias contra los primeros padres por ejercitar sus poderes gnósticos de la percepción elevada.

La actitud de Yahvéh no es benigna, y de ninguna manera puede ser interpretada como un castigo que conduce al mejoramiento humano.

"Los gobernantes arrojaron al género humano en una gran confusión mental y en una vida de trabajo duro, de modo que los humanos pudieran estar ocupados con los asuntos mundanos, y no pudieran tener la oportunidad de estar dedicados al espíritu santo"
(91.5-10).

La narrativa continúa con un relato directo de la historia de Caín y Abel, y luego añade un elemento inconfundiblemente gnóstico. Set y Norea nacen de los primeros padres. Set es la cabeza del linaje de los Reveladores (de verdades).

Norea es el tipo de la mujer espiritual que porta el poder inmaculado de Eva:

«La madre primigenia quedó preñada y dio a luz a Norea.

Y ella dijo:

"El espíritu ha engendrado en mí una virgen (en griego, parthenos) como una compañera (en copto, NEBOETHEIA) para muchas generaciones de seres humanos"»

(91.30 - 92.4).

Entendido en su sentido original, pagano, una "virgen" no es una mujer que no tiene ninguna experiencia sexual sino una mujer que no ha dado a luz hijos debido a relaciones sexuales, y así ella retiene un no utilizado poder virginal.

Buscando venganza, los Arcontes conspiran para provocar el Diluvio y destruir a la raza humana, pero el "gobernador de las potencias", PIARCHON DE NNDYNAMIS, advierte a Noé.

En el código de los Misterios, los Dynamis son los espíritus planetarios de Marte. Siendo entidades planetarias (extraterrestres), ellos serían clasificados entre los Arcontes, pero aquí, curiosamente, ellos son aparentemente aliados de la Humanidad.

Norea, la esposa de Noé en la narrativa tradicional, reconoce que los Dynamis son poderes alienígenas, "gobernadores de la oscuridad", y ella les recuerda que ellos fueron incapaces de profanar a Eva, aunque fueron capaces de estupefacer a su contraparte masculina, Adán.

Ella los denuncia y reafirma su conexión con los poderes más altos del Pleroma.

El Sol que Se Arrepiente

Esta confrontación ahora se torna violenta.

Los Arcontes, aquí llamados "los señores de la iniquidad", tratan de atacar a Norea, el principio instructor femenino. En respuesta a la difícil situación de Norea, el gran ángel Elelat, a quien llaman la sagacidad (en copto, MNTSABE), desciende para ayudarla e instruírla.

El gran ángel anuncia:

"He sido enviado para hablar contigo y salvarte de ser capturada por estos que carecen de ley. Y te enseñaré sobre tus orígenes"

(93.10)

En el pasaje 93, La Hipóstasis de los Arcontes se convierte en algo como un discurso de revelación.

Casi ciertamente un segundo texto, independiente, ha sido integrado a la disertación cosmológica que hemos estado siguiendo hasta ahora. Este otro texto continúa hasta el final del documento, en el pasaje 97.

El gran ángel hace una aseveración común a las enseñanzas gnósticas en los códices de Nag Hammadi: la Humanidad es superior a las autoridades, los Arcontes:

"¿Piensas que estos gobernantes tienen algún poder sobre ti?. Ninguno de ellos puede prevalecer contra la raíz de la verdad (en copto, ME; también, "corazón": "la verdad en tu corazón").

Ya que en su relato [de la verdad] el Revelador apareció en los tiempos finales, y estas autoridades serán restringidas. Ellos no pueden profanarte y aquella generación [aliada con el Revelador] por ti habita en incorrupción, fuerza inmortal y virginal, superior a los Gobernantes y al caos de su mundo"
(93.20-30).

Cuando Norea (o quienquiera sea el interlocutor en este diálogo de revelación) pregunta sobre el origen, la naturaleza y el poder de los Arcontes, Elelat responde con una versión del mito de Sofía, la historia de la diosa caída.

Aquí La Hipóstasis de los Arcontes recoge el tema inicial que abrió el texto, pero con una elaboración adicional.

En rápido lenguaje, amontonando imagen sobre imagen, el Revelador describe cómo el eón Sofía, proyectándose a sí misma sin un consorte desde el Pleroma, produjo una anomalía en el reino del caos, algo,

"como un feto abortado" que luego produjo una criatura como "una bestia arrogante parecida a un león"
(94.15)

Tomo la afirmación de que "fue desde la materia desde donde esto derivó" para suponer que esta especie era inorgánica.

«Abriendo sus ojos él vio una cantidad enorme de materia sin límite. Y él se volvió arrogante, diciendo: "Soy yo quien es dios, y no hay ningún otro aparte de mí". Cuando él dijo esto, él pecó contra la totalidad, el Pleroma»

(94.20-25).

Aquí está Yahvéh, el dios padre del Antiguo Testamento, ordenando que,

"No tendrás a ningún otro dios delante de mí".

El mandamiento es demencial, y proviene de una mente perturbada y delirante. Un exacto paralelo budista afirma que la raíz de toda la locura, tanto la humana como la de otro tipo, es el concepto de un ego fijo y perdurable.

El mito continúa, contado con frases entrecortadas: la arrogante criatura declara ser el único dios en el cosmos, pero es reprendida por una voz que lo llama,

"Samael, el dios de los ciegos".

Ésta es una referencia al patriarca ciego Samuel del Antiguo Testamento. Fue Samuel quien introdujo la institución de la monarquía divina entre los israelitas, aunque esta noción era ajena a sus creencias tradicionales.

 Los gnósticos eran agudos observadores políticos que vieron en la teocracia judía una estratagema de los Arcontes. De aquí que los Archontai, quienes son entidades cósmicas o extraterrestres, han sido estrechamente asociados con las "autoridades" humanas que dominan el orden social usando la fraudulenta pretensión teocrática del mandato divino.

El texto ahora concluye rápidamente con una serie de acontecimientos míticos espectaculares. El eón Sofía carga al reino inorgánico de los Arcontes con un poder animado, y su jefe entonces se pone a construír un cielo arcóntico, consistente en siete reinos (la Hebdómada). Éste es el sistema planetario exclusivo del Sol, la Luna y la Tierra.

El gobernador principal es nuevamente encarado, esta vez por Zoé, otra hija (es decir, otro aspecto) de Sofía, que lo llama Saklas (en arameo, "tonto") y Yaldabaoth.

Zoé sopla una gran oleada de su fuerza, una divina fuerza de vida, en la cara del gobernante, que lo abate hasta el Tártaro, "debajo del abismo" (95.10).

 Este acontecimiento es presenciado por el Sol, Sabaot, quien sufre una conversión. Aunque el sol sea producido a partir de materia inorgánica (su madre) y formado por las fuerzas arcónticas (su padre), este cuerpo celeste, actuando como una entidad cósmica consciente, ahora decide abandonar a los Arcontes y unirse con Sofía.

La conversión de Sabaot es uno de los grandes acontecimientos en el mito de Sofía. En otra parte he sugerido que la simbiosis de la Tierra y el Sol reconocida en la hipótesis Gaia puede estar reflejada aquí en la antigua mitopoesis (confección mítica).

 La Hipóstasis de los Arcontes dice que,

"Sofía y Zoé liberaron a Sabaot y lo pusieron a cargo del séptimo cielo, debajo del velo entre Arriba y abajo... Él está establecido encima de las fuerzas del caos (es decir, del reino planetario de la mecánica celeste)" (95.20-25)

A su derecha está Zoé, y a su izquierda, "un ángel de ira".

Este ordenamiento indica que la fuerza solar es simbiótica con la vida, pero también capaz de aniquilar-la por medio de la ira, la fuerza excesiva, como se ha visto en las erupciones solares. En el sol arrepentido que la sirve, Gaia (la Sofía terrestre) se reserva un poder letal.


Elelat dice enigmáticamente que Yaldabot sintió envidia del sol, Sabaot,

"y la envidia se convirtió en un producto andrógino... y engendró la Muerte, y la Muerte engendró su propia descendencia"
(96.5-10)

Esta alusión requiere una interpretación que prolongaría excesivamente este comentario. Volveremos al elemento de la muerte en posteriores tratados cosmológicos.

Finalmente, Norea pregunta si ella es de la misma materia que los Arcontes.

Elelat contesta claramente que el origen de ella está en "la Luz imperecedera" del Pleroma, y que los Arcontes fueron generados fuera del Pleroma y no poseen el "espíritu de la verdad" (96.20). Aquellos que conocen la diferencia "existen inmortalmente en medio de la especie humana mortal" (96.25).

El gran ángel concluye con una profecía y una promesa, aseverando el triunfo de la Humanidad sobre el error y el poder engañoso de los Arcontes. El "elemento sembrado" (sperma) es el modelo resplandeciente de la Humanidad que emanó del Pleroma y fue sembrada en la tierra (es decir, mediante la panspermia).

La verdadera identidad de las especie humana es cósmica, divina, pre-terrestre. Aquellos que se saben a sí mismos en la perspectiva de esta identidad son los "Hijos de la Luz" (97.10)