Si bien hay Aliens positivos o
muy positivos, vamos a centrarnos hoy en los negativos y en el por qué están
aquí.
Como otros seres negativos, ven a
la humanidad como recurso natural a ser explotado. Nuestro material genético,
el conocimiento latente y el poder que poseemos, nuestra habilidad para
producir generosas energías de energía de alma, son cosas muy atractivas para
ellos.
También valoran la Tierra como el
premio gordo de los minerales que necesitan, el hallazgo del tesoro de
tecnología avanzada escondida por otras razas alienas durante el tiempo, un
puesto estratégico que les da ventaja en su poder militar y político en la galaxia.
El potencial de la humanidad para
jugar un papel activo en el futuro destino de otros mundos, es inmenso.
Por
ello, los que manejan para esclavizarnos por propia elección, para someternos
realmente, controlan el futuro de esos mundos, algunos de los cuales ni
siquiera están en nuestra actual dimensión física. Este es el primer premio que
tales Aliens negativos buscan: el control sobre todas las almas, en todas las
dimensiones y en todos los tiempos.
Por ley espiritual y galáctica,
estos Aliens necesitan que nosotros les entreguemos voluntariamente el planeta
a ellos. Si rehusamos, y utilizan la fuerza, otras razas alienígenas tienen el
derecho de intervenir y hacer que se cumplan dichas leyes. Pero si elegimos la
esclavitud, entonces los que hacen cumplir las leyes no tienen derecho a
interferir. Por eso los Aliens negativos han estado trabajando desde tiempo
inmemorial, manipulándolos para que finalmente acabemos renunciando a nuestro
libre albedrío. La razón de que todavía no hayan tomado el control es que
necesitaban que fuésemos capaces de mantenernos por nosotros mismos, que
estuviésemos unificados, deseándolo, y suficientemente avanzados como para
esclavizarnos a nosotros mismos y unirnos a su imperio. Antes, nuestra
población era demasiado pequeña, dispersa y primitiva. Leer Mas—>
La tecnología actual existe para
monitorearnos y controlarnos, los militares pueden atacar cualquier punto del
mundo, y las naciones que rehúsen alinearse con el resto, pueden ser
bombardeadas o sancionadas hasta que se rindan. Por eso el tiempo está maduro
para que los Aliens negativos empiecen su fase final de apoderarse
completamente del planeta.
Si triunfan, la humanidad se
convertirá en su última y quizá más poderosa baza. Tendrían mucho más poder y
recursos para establecer el Sistema de Control negativo en otros mundos, y por
tanto extender la granja de energía.
La fase final consiste en
engañarnos para que les recibamos como ayudantes avanzados que pueden guiar a
la humanidad a una nueva era de paz e iluminación. Aunque esto último es un
objetivo importante, los métodos que estos Aliens han preparado son engañosos,
y finalmente acabarán trayéndonos justo lo contrario. Estas mismas fuerzas, que
han conducido secretamente a la humanidad para que utilice tecnología contaminante,
que han dirigido a la élite humana negativa para que iniciara guerras
mundiales, que han corrompido a nuestros gobiernos, y creado religiones
enjuicia doras responsables de la persecución de millones, estas mismas fuerzas
ofrecerán soluciones para los propios problemas que antes crearon, a condición
de que nos unifiquemos como un planeta bajo su liderazgo.
Durante los próximos años,
nuestra élite de controladores humanos es capaz de iniciar una serie,
cuidadosamente diseñada, de impactos mundiales, consistentes en extender
enfermedades, hambrunas, cracks económicos, guerras desenfrenadas y recortes
energéticos.
Eso justificará entonces la
denuncia de que los gobiernos humanos son corruptos e ineficientes, sin la
espiritualidad y la sabiduría que estos aliens tienen, y que por tal razón,
todos los gobiernos deberían obedecer la sabia guía de los aliens.
Dirán que la humanidad ha
destruido el medio ambiente, y que únicamente si aceptamos la tecnología
alienígena rescataremos nuestro planeta. Nos mostrarán milagros médicos y
tecnológicos. Los aliens podrían incluso llegar a decir que ellos son chicos
buenos, que necesitan nuestra cooperación para que les ayudemos a sacar de una
patada en el culo a los aliens “malvados” del planeta, y que si rehusamos trabajar
con ellos entonces los aliens malvados se apoderarán del planeta.
Desde luego se trataría de la
misma fuerza alienígena negativa jugando al chico bueno, chico malo. Con toda
la guerra, polución, corrupción y miseria en este mundo, ¿quién no aceptaría
que los aliens nos rescataran de nuestros problemas? Sólo quiénes se dan cuenta
de que esto es demasiado bueno para ser verdad, y que hay algo que suena muy
raro en todo ello. El resto estará demasiado aterrorizado por el contacto alien
para pensar con claridad, demasiado encantado con las promesas de cambios
épicos para ver el engaño.
La gente quiere desesperad amente
que se acabe el sufrimiento, pero su desesperación puede empujarles a elegir
algo que en el fondo vaya en contra de su beneficio.
¿Qué nos deparará el futuro si la
agenda alienígena triunfa? Al principio la gente disfrutará de la paz y
felicidad que surgen al dejar a un lado las pequeñas diferencias, y trabajar
por el bienestar común, bajo la guía de inteligencias superiores. Cualquiera que
se oponga a esto (como aquellos que pueden ver a través del engaño) serán
etiquetados de enemigos de la humanidad, de terroristas actuando por odio
racista contra los aliens, y trabajando para sabotear la promesa de paz y
unidad para nuestros hijos.
Esta oposición será perseguida a
través de una nueva “guerra de terror”, que utilizará métodos de vigilancia de
alta tecnología, y patrullas de ciudadanos colaboracionistas, que encaminarán a
los disidentes a ser “reformados” (lavado de cerebro). Preparando todo esto, el
gobierno ha destinado muchos fondos para la investigación de armas no letales,
que son armas que permitirían a las autoridades someter a multitudes furiosas y
poner fuera de combate a grandes cantidades de personas, sin matarlas, a fin de
que millones puedan ser acorralados para aislarles, interrogarles, lavarles el
cerebro, o incluso peor.
Con el tiempo, la sociedad sería
transformada por la tecnología alienígena, incluyendo la propulsión anti
gravitatoria, los generadores que pueden producir energía libre, la
erradicación de toda enfermedad, incluyendo el cáncer, la tecnología de visión
futura para anticipar y detener crímenes antes de que puedan ocurrir, la
función de computadora-cerebro, y la mezcolanza genética de ADN humano y
alienígena, para crear nuevas generaciones que sean menos emocionales, más
intelectuales y psíquicas.
La religión sería reemplazada por
una espiritualidad de diseño alienígena ,que predicará la unidad y lealtad a
algún plan divino que estos aliens han venido a llevar a cabo. Pero la
tecnología creará adicción y dependencia. Atrofiará los poderes espirituales de
la gente, y la habilidad para pensar independientemente, reemplazándolos por
medios tecnológicos externos, suministrados y controlados por manipuladores no
humanos.
La espiritualidad alien tiene por
objetivo acabar quitando el libre albedrío a través de programar a la gente
para obedecer ciegamente, y desactivando su habilidad de discernir la verdad o
detectar el engaño. Incluso los cambios genéticos, que se supone incrementan
los poderes intelectuales y psíquicos, simplemente harán de los humanos una
raza sirviente más efectiva, porque las habilidades verdaderamente importantes
como la conciencia, el libre albedrío, las emociones y el discernimiento y
conocimiento interno espiritual, serán saboteados en lugar de realzados por la
mezcla de ADN humano-alienígena.
Al final la humanidad se
convertirá en una especie esclava, mentalmente esclavizada, espiritualmente
deformada, genéticamente estropeada, lista para ser utilizada como fuerzas de
asalto en la agenda negativa para conquistar otros mundos.
Esto ya ha sucedido en otros
lugares, y algunos de los esclavos combatientes que resultaron de ello están
aquí ahora haciéndonos lo mismo a nosotros.
Identificar al los negativos nos
ayudará neutralizarlos y buscad la ayuda de los positivos, también están entre
nosotros. Por su mirada los reconoceréis.
Fuente: Biblioteca Pléyades y
Sabiens