EL CONCILIO HELEL
La Humanidad de la Tierra tiene
un Nivel de Evolución Colectiva 3.3 (Cuerpo 3D y Conciencia 3D), aunque hay
individuos aislados de Nivel 3.4, 3.5 y hasta 3.6. Los Orionitas y otras
Civilizaciones, en cambio, habían alcanzado rápidamente estos Niveles de un
modo colectivo. Pero luego no se pudo avanzar más, produciéndose un
estancamiento general.
Esto era algo terrible, por
cuanto el Universo Material es dinámico, y un estancamiento significa una grave
crisis, una verdadera contradicción. Esto llevó a que se produjera una especie
de Concilio Cósmico entre los Helel Serafines, para deliberar sobre las causas
y consecuencias de dicho estancamiento.
En el Proceso Evolutivo, se había
logrado conectar el Universo Material con el Mental a través de la Mente. Pero
no se había llegado a conectar el Material con el Espiritual a través de la
Esencia. Por ello, las Civilizaciones Avanzadas, habían llegado a ser
mentalmente espirituales, pero no espiritualmente espirituales.
Durante el Concilio, uno de los
Helel Serafines aportó que, según su apreciación, el error cometido se debía al
hecho de haber permitido que se accediese demasiado fácilmente al Conocimiento,
restando méritos al esfuerzo de hallarlo. Por lo mismo recomendaba que se
invirtiera la figura, y se hiciese lo necesario para dificultar las cosas,
introduciendo en el Universo Material, Seres Mentales que colaboraran en el
ocultamiento de información y dificultaran al máximo el acceso a ésta.
Éstas Entidades actuarían como
disociadoras, separando lo que estaba unido, y creando la ilusión de la
imposibilidad e inaccesibilidad hacia lo Superior y Trascendente. Éstas
Entidades se convertirían en los llamados Demonios, a los que con el tiempo, se
les irían sumando en la Tierra diversos tipos de Espíritus, incluyendo los de
los muertos terrestres atrapados en el Bajo Astral.
El problema que se planteaba era
que la Entidad que sugería la modificación de las Reglas del Juego, consideraba
que debía seguirse trabajando con las Civilizaciones más avanzadas, que
dependían directamente de ellos. Estos Discípulos de aquellos Apoderados
Cósmicos, merecían según su parecer, la prioridad en el Proyecto de Avance
Evolutivo, porque además, según él, les restaba muy poco para alcanzar el Nivel
3.7.
Pero si bien es cierto que los
demás Helel Serafines valoraron su aporte, no estaban de acuerdo con que se
variasen las condiciones y la relación con las Civilizaciones más adelantadas,
lo cual podría ser percibido o interpretado como una traición por parte de los
Helel. Y que más bien, de buscarse y experimentar alternativas nuevas, debía
trabajarse con Civilizaciones que recién se hubiesen iniciado o que todavía no
habían surgido, y fueran a tener un destino incierto. Por ejemplo, Planetas
adecuados para un desarrollo superior, pero que fueran a tener una desaparición
súbita.
EL
PROYECTO UR
Por ello, otro Helel Serafín
planteó la posibilidad de crear una alternativa mediante un experimento
especial en Planetas Clase «UR», es decir, Planetas Azules cuya vibración los
convierte en Planetas predestinados para un desarrollo espiritual superior,
siempre y cuando logren superar sus agudas crisis de inestabilidad.
Estos mundos están sujetos a una
vida efímera, debido a que fácilmente entran en convulsión o atraen otros
cuerpos del Espacio que colisionan con ellos, destruyéndolos. Pero a la vez,
esta inestabilidad permite una gran biodiversidad. Por ello, suelen ser
seleccionados como laboratorios de experimentación natural de nuevas formas y
alternativas de Vida y Evolución.
Se escogieron dos Planetas por
Galaxia de un total de 4 Galaxias de nuestro Grupo Local. Eran 8 mundos, todos
con las mismas oportunidades, y siempre, a partir de pertenecer a la Clase
«UR». Pero Planetas donde el proceso de vida hubiese cesado violentamente, y
pudiesen hacerse las modificaciones del caso.
(Según información recogida por
la canalizadora norteamericana Bárbara Marciniak, serían 12 Planetas).
El Proyecto consistía en tratar
de crear las condiciones como para que más adelante surgieran en ellos,
Civilizaciones con un potencial psíquico y espiritual capaces de ubicar y abrir
por sí mismos Portales Dimensionales, para reconectar en su momento los
Universos entre sí a través de las Dimensiones y Planos de Conciencia. Para
lograr lo que otros no habían conseguido, pero en un Tiempo Sin Tiempo.
De este modo, tenemos a una
Evolución como expectante de otra Evolución paralela, creada al lado.
Al ser un hecho la Navegación
Espacio-Temporal, se pueden crear Tiempos Alternativos, donde se puedan barajar
posibilidades nuevas y convenientes. Es posible saltar dentro de un Tiempo que
tiene forma espiral, y viajar así al pasado de mundos que se destruyeron en su
proceso de formación, y que si se llegase a evitar dicha destrucción,
dependiendo del momento en que se hiciese la modificación, no se estaría
alterando inconvenientemente, sino que, en gran medida, se estarían creando
nuevas oportunidades con consecuencias muy positivas, que podrían beneficiar a
muchos.
Si se llegase a cumplir con el
programa previsto para cada uno de esos mundos, no se estaría afectando
negativamente el Orden Universal, por cuanto originalmente no hubiese sido. Y
si por cualquier motivo se interrumpía el proceso en el camino, tampoco
afectaría, porque de todas formas no iba a ser. Se tomarían todas las
precauciones para que las intervenciones crearan posibles alternativas
positivas y ninguna negativa.
Una de las 4 Galaxias
seleccionadas sería la Vía Láctea, y uno de los 2 Planetas escogidos dentro de
esta, llegaría a ser la Tierra...
Pero esta modificación no le
agradó a aquel autor de la propuesta original y del diagnóstico sobre el
Estancamiento Evolutivo, aquel que conocemos legendariamente como Luzbel...
A Luzbel le disgustó la
posibilidad de que Civilizaciones nuevas y «advenedizas», que no habían
recibido la instrucción directa de ellos como fuente, pudiesen alcanzar
rápidamente Niveles Evolutivos muy altos y hasta lograran encumbrarse por
encima de las otras Civilizaciones más antiguas. Y así manifestó entonces su
descontento, saboteando de diversas formas el Plan Cósmico que surgió de aquel
Concilio.
Además, el otro Helel Serafín
señaló un «error» en una de las Civilizaciones más poderosas del Espacio, y que
sintetizaba la crisis que se estaba viviendo: Orión. Su tendencia guerrera y
colonizadora se estaba convirtiendo en un grave problema en el Universo Material.
Para encontrar la llave que
permita comprender desde otra perspectiva esta situación y solucionarla, se
decidió que la siembra de Patrones de Vida en los Planetas UR provenga de la
Fuente Madre que originó la vida de esas Civilizaciones. En el caso de la
Tierra, se sembraría una Molécula de Vida procedente de la Nebulosa de Orión.
Se haría así bajo un propósito:
si los habitantes de estos Planetas lograban volver al Real Tiempo del
Universo, a través de una actitud más armónica y responsable, sobre la base del
Amor como herramienta de Ascenso Evolutivo, demostrarían a estas Civilizaciones
que sí es posible corregir estas tendencias, siguiendo una perspectiva
espiritual, más amplia y completa.
El otro Helel Serafín es aquel
que conocemos legendariamente como Micael, Emmanuel o el Cristo Cósmico...