Guerras Gina’abul
Primera Parte
Por favor,
consulte Mundos para obtener información adicional acerca de los lugares mencionados en este apartado.
Esta sección
podría haberse titulado “Historia”. Ya que la mayor parte de la historia
Gina’abul descrita en el trabajo de Parks es la
historia de su guerra. O podría haber sido titulada “Género”, porque la guerra
fue verdaderamente una “batalla de sexos”.
Esto podría
sonar extraño. La guerra en la Tierra normalmente ha sido por motivos
geopolíticos, o pudiera haber parecido que se trataba
de religión e ideologías, pero esto se debe a que los grupos geopolíticos
fueron divididos en términos religiosos o ideológicos.
Entre los
Gina’abul, algunas sub-razas son de un solo género; por lo tanto, las guerras a
menudo eran guerras de géneros.
En última
instancia la guerra es siempre por poder, y entre los Gina-abul cada
género tiene sus poderes únicos. Se podría decir que
el género es una fuente única de poderes especiales, y estos poderes son
celosamente guardados (por las hembras) o buscados (por los machos).
¿Por qué estos
poderes en los sexos no son tan obvios en la Tierra? Podría parecer que no
fuimos engendrados o concebidos para tenerlos. Pero
incluso aquí hay la misma línea de diferenciación: hombres fríos, hambrientos
de poder, orientados hacia la tecnología, versus las mujeres, que son
generalmente más medidas y equilibradas.
Como se ha mencionado
anteriormente, las hembras Gina’abul (Amašutum) se protegen a sí mismas de los machos separándose de ellos. Esto creo
tensiones que condujeron a sangrientos conflictos.
A
continuación, libremente extraído y traducido del primer libro de Parks (Pag.
200 de la segunda edición), y levemente aclarado por medio de una entrevista a
Anton Parks, es Mamitu-Nammu quien describe estos acontecimientos a Sa’am:
“Tu
debes saber que tus Kuku [ancestros] son vistos siempre como los
primogénitos entre los Gina’abul, porque son más grandes que los Kingu. Es una
antigua y vana pelea entre tus Kuku y los Kingu, porque todos nosotros sabemos
que el lugar original de nacimiento de nuestra raza es Ušu (Draco) y que los
Ušumgal fueron creados por el gran Kingu, el Kingu-Babbar (Kingu albino), en
tiempos tan distantes que se han perdido en la memoria egocéntrica de tus Kuku.
“Hace
miles de años, nosotros (las Amašutum, las hembras Gina’abul) vivíamos en
Urbar’ra (Lyra) con los Sukkal, los Mušgir, los Ušumgal, y algunos Kingu [ver Razas abajo] – estos
últimos constituían la raza real de Ušu (Draco), que es el lugar de origen de
los Gina’abul. Los Ušumgal y los Kingu gobernaron en estos lugares, pero no
estaban en mayoría. Los Mušgir eran mucho más numerosos y constituían una ambiciosa
raza que deseaba hacer de las hembras objetos sexuales a su servicio. Estos
censurables seres tenían envidia de nuestra inmortalidad física y de la fuerza
divina que poseemos, por lo que se les metió en la cabeza el dominarnos.
“Esto
provocó una ruptura. Los Kingu traicioneramente nos abandonaron y regresaron a
las colonias Gina’abul de Ušu (Draco).[Esto
no es completamente cierto. Una minoría de ellos fue a Te (Aquila), y
Mamitu-Nammu estaba encubriendo este hecho. Sus motivos se explican en Ádam Genisiš.]
“Los Ušumgal le tienen horror a los
Kingu, sus creadores, a causa de este abandono.
“Una vez que los Kingu se fueron, los
Ušumgal se unieron a los Mušgir, en oposición a nosotros (Amašutum), en un
conflicto cuyo “juego” era la dominación de los machos sobre las hembras y la
posesión de nuestro poder femenino (véase el remanente social hoy en día
desde los albores de los tiempos religiosos). Esta guerra dio lugar a nuestro
encarcelamiento por los Mušgir, quienes nos forzaron a crear para ellos una
raza femenina mas dócil y sumisa con el fin de robar nuestros poderes.
En cuanto a los Sukkal, ellos vinieron
al principio para ayudar a las Amašutum, pero se retiraron cuando las Amašutum
comenzaron a emplear medios violentos para protegerse. Siendo Kadištu, los
Sukkal no pueden participar en conflictos… Pero hemos ido demasiado lejos con
esta violencia, y muchas de nosotros lo lamentamos amargamente. Hemos
respondido a la represión con represión… Luchando contra los machos no hemos
tenido la retrospección para percibir que nos hemos transformado en la
imagen de aquello contra lo cual peleamos, y que nos horroriza. Esta es,
sin duda una de las razones por las cuales nuestro creador (An) apenas nos
puede soportar.”
Extracto de entrevista…
Karma Uno: Tanto en el volumen uno como en el volumen dos, usted
describe un conflicto de proporciones galácticas entre varias razas
extraterrestres, en realidad dos facciones importantes, una de polaridad
masculina y otra femenina: los Ušumgal de ascendencia real, que de hecho se
consideran la más alta jerarquía reptiliana, compuesta por siete
gobernantes (Anšar, Kišhar, An, Lahmu, lahamu, Tiamata, Abzu-Abba) y su
casta de príncipes y guerreros, los Anunna, que persiguen con un odio
implacable a las otras líneas reptilianas que proceden de otra constelación:
Los Kingu-Babbar, originarios de Draco, y la reina Tiamata, que sin embargo era
Ušumgal.
La aristocracia
Ušumgal proviene de la constelación de Lyra, y gobierna
a los reptiles Gina’abul establecidos en la Osa Mayor.
¿Por qué tal
odio y conflicto? ¿Cuáles son las consecuencias de
este conflicto antediluviano en nuestras vidas hoy en día?
Anton
Parks: Siempre es la misma historia: la del
sectarismo, el fanatismo religioso y el racismo. Estos comportamientos y
doctrinas no son propios sólo de la Tierra; se encuentran en otros lugares e incluso
entre los pueblos más evolucionados de nuestro universo.
La guerra que
usted menciona, sin duda alguna, continúa. El conflicto
entre los Ušumgal y la realeza Kingu ha perdurado durante milenios. Se remonta
al origen mismo de los Ušumgal.
Esta raza parece
haber sido clonada en tiempos muy lejanos por los
Kingu-Babbar (los albinos reales), pero los Ušumgal no pueden asimilar
esto por razones que son demasiado remotas en el tiempo y que ni siquiera
forman parte del espacio-tiempo al que se refieren los episodios que he
recibido.
Los Ušumgal son
pretenciosos y muy arrogantes; esto está, sin lugar a dudas, relacionado con su gran tamaño, que
sobrepasa al de otras castas que componen la familia Gina’abul. (Collier
detalla la fisonomía de los Ušumgal que el llama Draco)
Las Gina’abul
femeninas se encuentran en medio de estas querellas
y a veces les ha tocado a ellas, como Kadištu (Diseñadoras de Vida), tener que
reparar los daños causados por cada uno de los dos bandos.
Los conflictos
que directamente constituyen parte de la historia que
nos ocupa se relacionan con la creación de los Anunna y la trama que gira en
torno a ello. La reina Tiamata se rebeló cuando se enteró de esta conspiración,
y fue a la guerra en contra de sus hijos Ušumgal con la ayuda de los Kingu…
Esta
observación es clave en esta historia, y también en
la historia de la humanidad, porque An estaba creando la raza de los Anunna y
una nueva raza de Mušgir, los cuales mas tarde vinieron a nuestro sistema solar
y derrotaron a las Amašutum, quienes tenían aquí una colonia. Esto, a su vez,
condujo a nuestra secular lucha entre el patriarcado y los remanentes de las
antiguas religiones de la Diosa.
Continúa con
una descripción de los horrores que fueron perpetrados contra las hembras en
los centros de detención que fueron establecidos por
los machos. En vista de ciertas prácticas oscuras que persisten aún en
nuestros días, adquiere particular importancia como los varones
se alimentaban de las emociones de las hembras aterrorizadas. A
través de estos medios, los machos intentaron conseguir la inmortalidad y la
estructura completa de los conocimientos de las hembras.
Esto y el resto
de la declaración de Mamitu-Nammu a Sa’am se pueden encontrar en el libro 1, Le Secret.
“La Gran Guerra” a la cual condujeron
estos acontecimientos, que tenía como objetivo la dominación de los machos sobre las hembras y la posesión del poder
femenino, y en la cual se enfrentaban los Ušumgal y los Mušgir contra
la antigua raza Amašutum, tuvo su culminación en el sistema estelar
Ubšu’ukkinna (Maia) de Mulmul (las Pléyades). Esta guerra sin sentido no
tuvo ningún vencedor. Prácticamente todas las Amašutum fueron aniquiladas, y
virtualmente todos los Ušumgal.
Sobrevivieron
algunos Míminu y Mušgir.
Los Kadištu se
habían mantenido al margen del conflicto, pero al final de las hostilidades con
la asistencia de los Sukkal (ver Razas),
expulsaron de Mulmul a los últimos Mušgir recalcitrantes. Sólo se permitió a
los Míminu permanecer en Mulmul, bajo la condición que respetaran los nuevos
decretos. Aunque apenas son benevolentes, los Míminu siempre han estado
del lado de la autoridad dominante. Muchos de ellos encontraron refugio en
Mulmul.
Los únicos
Ušumgal supervivientes a este conflicto fueron Abzu-Abba y sus descendientes
Lahmu y Lahamu (mas Tiamata, considerada como una
Ušumgal por su vinculo con Abzu-Abba). Los Míminu los habían protegido y
alejado de los conflictos en el sistema Ubšu’ukkinna en Mulmul porque eran
grandes clonadores, por lo menos los mejores de la raza Ušumgal. Eran los
últimos supervivientes de la raza real de Urbar’ra (Lyra).
Abzu-Abba había
clonado a Lahmu y Lahamu en el planeta Duku (en Ubšu’ukkinna) con material genético de la entonces futura reina Tiamata, con quien el
mantenía una relación ilícita; es decir, que no estaba permitida por las
recientes leyes de Urbar’ra (Lyra), votadas justo antes de la “Gran Guerra”,
que prohibían todo contacto entre los dos sexos. Se consideraba que Lahmu y
Lahamu habían sido clonados ilegalmente.
Anšhar y Kišhar
fueron creados posteriormente en Dukú. Ellos se apropiaron de esta ubicación/ región/lugar que pertenecía a las Amašutum. Mas tarde, los
sistemas Ubšu’ukkinna y Dukú fueron asignados a Anšhar, según las leyes del
patriarcado vigentes entre los Gina’abul. Parks piensa que An fue creado en
Anduruna, donde los Ušhumgal acababan de establecerse en Margid’da. An
también poseía derechos sobre Ubšu’ukkinna; por esta razón los Anunna fueron
creados allí. Por supuesto, la guerra entre las ramas masculina y femenina
de los Gina’abul no había terminado. La gráfica genealógica le
ayudará a entender los linajes de los personajes responsables del próximo
estallido.
Revise en la
gráfica, la genealogía de An y Ninmah, creadores de los Anunna, y de Sa’am y
Mamitu- Nammu, creadores de los Nungal.
Consulte Razas para analizar el propósito y características de las
razas Anunna y Nungal.
Segunda parte
La información
incluida en la sección anterior ayuda a establecer la naturaleza y cualidades
de las Amašutum que se encontraban en el meollo de la
Gran Guerra, cuyas consecuencias se convirtieron en el tema del relato de Parks
y, en ultima instancia, condujeron a nuestra moderna situación mundial.
La Gran Guerra
tiene una base biológica, como se ha mencionado anteriormente, y en esta
sección exploraremos ese aspecto con mas profundidad.
La iniciación
de Sa’am fue llamada “Fuego de Aš”, siendo Aš una expresión de la lengua Emeša para designar a la “araña”. El
Decodificador indica varias asociaciones entre “araña” y la
Diosa-Madre entre los Gina’abul, y también entre los Hopi. La conexión es
explicada a Sa’am por Mamitu:
“Los Mušgir nos robaron nuestra
dignidad, pero también nuestras cosechas, porque antes de convertirse en nuestros enemigos, ellos disfrutaban una
parte de nuestras cosechas que también compartíamos con los Sukkal; siempre
hemos sido grandes agricultoras. Cuando nos volcamos en la guerra contra ellos,
los Mušgir, aislados y tomados totalmente por sorpresa, no encontraron otra
solución que apropiarse de nuestras plantaciones.
“Como nosotras, la araña es una
formidable guerrera. Si la colocas en el campo, ella atacara implacablemente a los parásitos devastadores. La araña
también experimenta Gibil’lasu (renovación de la piel) periódicamente y se retira,
al igual que nosotras lo hacemos cuando cambiamos nuestra piel. La araña es
independiente y puede pasar semanas enteras sin alimento, exactamente igual que
las Amašutum.
“Tenemos otro punto en común con la
araña: el veneno. Durante largo tiempo, anterior a los Musgir, el prototipo original de Amašutum secretaba una
sustancia [el veneno usado en la iniciación de
Sa’am] que entumece los sentidos y enferma…
Hemos determinado la composición precisa de este material y podemos rehacerlo
sin dificultad.
“Este fluido era producido y
almacenado en una protuberancia escondida en el útero de nuestras ilustres antepasadas. En esa época, las Amašutum
no daban a luz a sus jóvenes de la manera en que nosotros podemos hacerlo
ocasionalmente ahora. Si querían ejercer de madres de manera natural, ellas
producían una matriz temporal intermedia [!un huevo!], del cual surgía
un retoño. Este famoso fluido daba la posibilidad a la hembra de destruir su
huevo en cualquier momento, si fuese conveniente, o no llevar adelante el
proceso de desarrollo del embrión.
“Nosotras, las hembras, siempre hemos
estado inmunizadas contra este veneno, pero en vosotros,
los varones, este fluido degrada los elementos químicos que establecen los
vínculos entre las terminaciones nerviosas y los músculos. Lamentablemente, en
la época de los Mušgir, la mayoría de nosotras no secretábamos ya este fluido.
Si ese hubiera sido el caso, no hubiéramos tenido que combatir a los Mušgir,
porque los machos nunca fueron capaces de distinguir entre nuestra Rasa (Ra-sa,
fluido secretado durante el acto sexual) [Decodificador] y nuestro veneno.
“¿Por qué no secretamos ahora ese
veneno? Porque un poco antes de la creación de los Mušgir,
nosotras nos incorporamos a la confederación de los Kadištu, gracias a nuestros
aliados, los Sukkal. Como Kadištu divinas, ya no podíamos poseer el veneno.
Esta arma representaba un peligro para otros, y era totalmente incompatible con
la función de Diseñadoras de Vida. A partir de ese momento, todas las Amašutum
fueron privadas de este fluido en el instante de la clonación. Cualquiera que
poseyera el fluido cohabitaba con sus nuevas hermanas, pero no podía ser
considerada como Kadištu. Algunas de ellas tuvieron éxito engañando a los
Mušgir y eliminaron a varios de ellos. Luego, estas fueron declaradas Amaš (salvajes).”
Bajando los
ojos y evidentemente avergonzada, Mamitu informa que todas ellas, excepto un
puñado, fueron masacradas en la Gran Guerra.
“Entre nosotras, la Reina Usumgal
Tiamata fue la única sobreviviente. Después de la guerra, las pocas
supervivientes de la antigua raza fueron
especialmente integradas en los Kadištu.”
Tercera parte
La Gran Guerra fue precursora de todos los acontecimientos
de nuestra historia en Ti-ama- te, el sistema solar actual que habitamos.
Aproximadamente
veinte o treinta años después de la fundación de la colonia Kharsag, la guerra continúa. Unidades de soldados, maltratados en el combate,
irrumpen con frecuencia en la colonia para descansar un poco y reponerse. Esto
siempre siembra la discordia y es el tema central de las asambleas. Enlil nunca
les permite permanecer más de un Ud (dia) antes de enviarlos de vuelta al
frente.
Anteriormente
Enlil se había quejado de dolores de cabeza, pero el y los otros machos lo
hacen con menos frecuencia ahora. Enki se pregunta si
esto indica que el KI es cada vez más compatible, o si es un signo de la
inminente victoria de sus partidarios en la guerra.
Los felinos
Diseñadores de Vida conocidos como Urmah despliegan una importante
posición militar en el este (oeste) del extenso Edin
(llanura) hacia Kankala (Africa). Los Kuku (antepasados) nunca han detectado su
base. Enki sabe por los archivos de Nammu, registrados en el Ugur (cristal),
que las bases son subterráneas, y llevan el nombre de Gigal [GI7-GAL: grande y
noble; GI6-GAL: grande y oscuro, en sumerio]. Enki no hablará de este lugar
a sus Kuku, a Ninmah, y menos aún a Enlil, el Gran Šatam.
Enki se propone
ir allí cuanto antes.
Los Kingu han
estado en Šalim para firmar un acuerdo, obteniendo un permiso oficial para establecerse en las grutas y los túneles de Uraš (la
Tierra). La realeza se ha vuelto insegura debido a la guerra y a la dominación
de los Anunna. Aquellos que desde siempre habían ocupado Uraš se han
convertido progresivamente en vulgares fugitivos. Pero el inquebrantable
núcleo del grupo gobernante permanece totalmente esquivo. Como compensación
Dim’mege ha sellado una tregua entre los Kingu y las Amašutum del Abzu.
Habiendo tenido una historia salpicada de discordia entre ellas y la realeza,
este acuerdo parece beneficioso para el pueblo del Abzu.
El tratado se
firmo sin el consentimiento de Enki, e incluso sin su presencia. Su madre firmo
en su lugar.
Enki guarda
esta información en secreto. Ninguna autoridad gobernante de Kharsag le merece
el menor respeto.
Por lo tanto,
los Kingu siguen siendo aliados de las Amašutum y de Enki, como lo fueron a la
causa de la antigua reina. Para los Kingu, Nammu es
considerada como la descendiente legitima de Tiamata, aunque que no le
reconocen ninguna autoridad sobre ellos.
Posguerra
Finalmente, por
supuesto, la Gran Guerra tocó a su fin. En este momento no somos conscientes de
que se hubiera firmado ningún tratado con los
Gina’abul, aunque actualizaremos esta afirmación si se comprueba algún error.
Parece haber sido más un reconocimiento general por todas las partes de que los
Gina’abul no iban a ser desalojados de su base en Uraš, y de que incluso era
inútil seguir tratando de negar su eventual titularidad sobre todo Ti-ama-te
(el sistema solar).
La lucha
parecía haber cesado en Udu’idimsa (Marte). Los Míminus (grises) fueron
dispersados por todo Ti-ama-te (el Sistema Solar). Mulge,
el planeta de los Kadištu (Disenadores de Vida), al tener una
“frecuencia” demasiado elevada para los Kuku (antepasados) de Sa’am, nunca
sería dominado por ellos. No obstante Sa’am tendría todavía que preocuparse
de que los Gina’abul pudieran, de alguna manera, introducirse algún día en el
Abzu de Mulge sin su autorización (que debían requerirle, pues el era el
Señor de todos los Abzus en Ti-ama-te). Muchos emisarios de la
Fuente vivían allí, incluyendo a las hembras Gina’abul.
La situación
con respecto a Mulge-Tab, satélite de Mulge, era incluso menos clara. Parecía
que su KIGAL era una exquisitez para los sentidos.
Allí vivían las Nindigir (sacerdotisas), y eran las guardianas de las
disposiciones de los “Diseñadores de Vida”.
Sa’am-Enki
esperaba que, con el fin de la guerra, el pudiera moverse mas allá de sus
límites habituales, viajar libremente alrededor de
Ti-ama-te, y tal vez hacerse cargo de algunos asuntos importantes. Hay que
entender que aunque el siempre se había considerado alineado con los Kadištu
que estaban aquí, a su vez ellos a menudo no reconocían esto, y Nammu le había
advertido que tuviera cuidado no fuera a ser tratado como un general Gina’abul.
Ademas, por supuesto, los propios Gina’abul limitaron más sus viajes, al
no confiar nunca en el, al mismo tiempo que necesitaban
muy frecuentemente su asistencia.
Sa’am podía
moverse por los alrededores en su Gigirlah (nave), pero también las
tropas de sus Kuku (antepasados) pronto estarían
aterrizando en Uraš, trayendo quien sabe que cambios.
(Los Gigirlah son naves más pequeñas en forma de platillo que pueden realizar vuelos
espaciales, pero que generalmente son usadas para operaciones de menor nivel.
Pueden utilizar Dirannas, y, de hecho, Sa’am y su gente llegaron a Uraš en
Gigirlah a través de un Diranna. Son omni-presentes, y utilizados por muchas
civilizaciones. La protuberancia central, como se puede imaginar, es el módulo
de pasajeros. Esta nave exhibe un halo de luz cuando está en movimiento.)
Sa’am-Enki
quería reunirse con los Urmah, Kadištu felinos, en su base subterránea secreta
en el Gigal.
El había
encontrado el plano de la disposición de esta base en Ugur, el cual la mostraba
situada en el extremo sur (actualmente, norte) de
Kankala (Africa), cerca de un rio largo que fluía en la parte meridional
(septentrional) de Kankala, y cuyas fuentes estaban en el país de Sinsal, la
gran reserva de los Ugubi (monos). Esta es la ubicación de lo que hoy conocemos
como la meseta Giza.
Había una zona
de seguridad establecida por puestos de observación robóticos ocultos en la vegetación, lo que obligo a Sa’am a tener que quedarse
fuera y simplemente observar las idas y venidas de los felinos durante varias
noches.
Su intensidad
había ido en aumento. La tierra temblaba de vez en cuando con ruidos sordos que
emanaban de los profundos abismos. Luces brillaban
fuera de los agujeros y huecos en la tierra.
Todo esto daba
la impresión de que los Urmah abandonaban el lugar, aunque Sa’am no vio naves suficientes para sugerir un vuelo (huida) propiamente
dicho.
Con la ayuda de
un dispositivo de visión, Sa’am podía ver que los Urmah tenían un tamaño impresionante, con una estatura mayor que la de los
Gina’abul, hombros grandes, y cabeza de Pirig (leon) con melena ocre.
Asombrosamente, varios tenían largas garras en su mano derecha. El Girkú no
tenía ninguna información sobre esto. Sa’am expone que los Imdugud, sus
“hijos”, se mostraban exactamente igual como medida de autoprotección.
Mencionamos
anteriormente la advertencia de Nammu a Sa’am sobre el riesgo que corría al
entrar en contacto con los Urmah. Pero ella también
dijo que ellos toleraban bastante bien a las Amašutum como emisarias de la
Fuente. Nammu había tenido relaciones de trabajo con ellos – no siempre muy
agradables.
Los Urmah eran
“rápidos” [”vif”] y “secos” [”sec”]. Poseían un estado de conciencia que
funcionaba de manera muy diferente del que tenían
Sa’am y sus socios. Muy suspicaces por naturaleza, y muy solitarios, como
también podría decirse de los Imdugud.
Las naves de
los felinos de la Fuente eran pequeñas y ligeras. Unas eran silenciosas; otras
emitían de vez en cuando un silbido que removía el
polvo. Esas salían solo de noche.
Aquí Parks
parece hacer una distinción entre “felinos de la Fuente “ y “Urmah” cuando
afirma que las naves de los Urmah son más pálidas y
más alargadas, y que no conoce su punto de acceso al Gigal, que parece estar
situado mucho mas lejos en el “interior”.
Sa’am reconoce
estas naves como las que dos Muanna (años) antes habían atacado su montana en Dukug con algunos Uru (misiles). Ese asalto había dañado
una pequeña parte del Kharsag y los trabajos de sus Nungal en el vasto Edin,
pero no hubo heridos. Los Anunna habían respondido duramente desde sus
posiciones al pie de la montana. Luego, habían triplicado sus defensas en el Dukug
y el gran Šatam (Enlil) había reunido varios cientos de soldados adicionales
para proteger la ciudad agraria. Eso hizo necesario ampliar sus plantaciones de
cultivos. !En algunos días, esa misma necesidad iba a ser mucho mayor!
Enlil acaba de
traer cuatro Albarzil (taladros mecánicos) más del Abzu. Eran necesarios desde
hace años; simplemente, el trabajo no avanzaba. Esta
es la costumbre de Enlil: responder a la necesidad cuando ya es demasiado
tarde.
Sa’am-Enki ha
sido incapaz de ponerse en contacto con su padre, cuyos viajes “al corazón
de Tiamate” (Mulge) a veces parecen ser solamente un pretexto para esconderse de sus hijos.
Resumen Extendido
Parks habla de
una antiquísima guerra entre Razas Reptilianas. Los Reptilianos
Originales eran los Kingú, una Raza Dragón que apareció en la
Constelación de Draco. ¡Estos deben ser los Reptiles Hiperbóreos!
De todas las Razas Reptilianas, los Kingú son los que más se parecen a los
humanos. Según Parks, hay Kingús Verdes, Rojos y Blancos.
Los Kingú-Babbar
son los Blancos o Albinos, la Realeza Kingú. Nimrod relaciona a
la Raza Blanca de la Tierra a los Hiperbóreos. Parks dice que la palabra
inglesa King (Rey), deriva del sumerio Kingú («Gobernante sobre las
Regiones»).
Como Parks,
muchas fuentes coinciden en que los Reptilianos se originaron en la
Constelación Draco, y luego, grupos de ellos emigraron a diversas
Constelaciones. El principal centro Reptil en este Sector Galáctico, aparte de
Draco, sería Orión.
En algún momento
de la historia, los Kingú crearon otra Raza Dragón, los Usumgal. Los
Siete primeros Usumgal eran los de mayor jerarquía de su Raza, pero, al
parecer, eso no les bastó. Siempre envidiaron a los Kingú, y desearon ocupar su
lugar, y el de las Amasutum, una Raza de Hembras Genetistas
Reptilianas que se reproducían por clonación.
Los Usumgal
fueron quienes crearon a los Musgir (también conocidos como Pazuzu
o Gárgolas), y a los Míminu (los famosos Grises), que eran
una variedad de Musgir de piel suave, sin escamas, ni cuernos, alas ni cola.
Fue An, «El
Séptimo de los Usumgal», quien creó una nueva Raza de Guerreros Reptiles,
los Anunna para combatir a los Kingú y las Amasutum, cuyo objetivo
real era atacar y destruir a Tiamata. Fueron creados en Las Pléyades
(Maia), aunque el prototipo, Sa’am, fue creado en la Osa Mayor.
Luego, Sa’am
(también conocido como Enki), se revelaría contra An, también conocido
con los nombres de Anu, Yahvé y Jehová. A su vez, Sa’am creó otra
Raza, muy similar a los humanos: eran los Nungal, también conocidos como
los Igigi, Observadores, Guardianes o Vigilantes.
LA GUERRA DE
LOS MUNDOS Y SUS CONSECUENCIAS
¡Los Usumgal
son los Dioses Traidores de los que habla Nimrod! Ellos y sus cómplices:
los Anunna, los Sutum, los Míminu, etc., pelearon contra los Dioses Leales:
los Kingú, las Amasutum, etc. Según Parks, los Leales Nungal no alcanzaron a
pelear en esta Guerra de los Mundos, en donde los Dioses Traidores
resultaron victoriosos.
La victoria se
saldó en este Sistema Solar, y más específicamente en este Planeta, en
donde Tiamata, la Reina de las Amasutum (que sería la Sofía de los Gnósticos,
según Parks) fue aniquilada. Obviamente, An sería el Demiurgo; y los Arcontes, los 7
Usumgal Principales.
Muerte de Ti-ama-ta
Las tradiciones
judías encontradas en la exégesis rabínica, que se remontan a las creencias
mesopotámicas y egipcias, explican que;
“El abismo llamado Tehom, (tomado
de Tiamat(a)) se levantó y amenazó con sumergir el trabajo de Dios. Pero en su
carroza de fuego (sic), Dios montó las olas y lo revolcó en grandes torrentes
de granizo, relámpagos y rayos. Dios entonces, expidió a Leviatán, el
monstruoso aliado de Tehom, con un golpe en la cabeza, y también al monstruo
Rahab hundiendo su espada directamente en el corazón.”
Tehom, el
Abismo, y sus “monstruosos” acólitos seguramente representan a Tiamata y a sus
aliados, quienes fueron destruidos, expulsados o enterrados en la Tierra, es
decir en el mundo hueco del Abzu (el Abismo).
Así se puede
comprender, que esta grotesca alegoría ha sido pensada para atestiguar el
entierro del culto de la Diosa-Madre y de la Fuente por los usurpadores alienígenos.
Ya sea, Marduk que caza a Tiamat(a), Set que busca a Apofis, Zeus que mata a
Tifón, Miguel que elimina al villano Satán, Yahvé que le quita el puesto a
Tehom-Leviathan,…!la historia es exactamente la misma cada vez!
Veremos más
adelante que ciertos pasajes bíblicos también equiparan a los países enemigos,
tales como Egipto, con los monstruos del abismo (adversarios del buen e
irritable “Dios único”).
“Isa 27:1 Aquel
día castigará el Señor… al leviatán serpiente huidiza,
al leviatán serpiente tortuosa; y matará al monstruo que está en el mar.
(Este sistema
solar, Ti-ama-te (lugar donde la compasión y la vida se cruzan), ha sido
una de las bases principales de los Kadištu, bajo la tutela de los
extraordinarios y multi-dimensionales Namlú’u, humanos primordiales que habían
sido desarrollados aquí. El sistema fue denominado así en honor a Ti-am-ata,
reina Ušumgal de la Gina’abul de Margíd’da, que fue su mayor responsable.
Definitivamente, Tiamata tenía una orientación Kadištu, al igual que Nammu y
Sa’am.)
Sin embargo,
fue una victoria pírrica. Los Kadistu de Parks, o los Dioses
Leales de Nimrod, decidieron cerrar los Diranna o Portales Estelares
que unían la Tierra y el Sistema Solar con el resto del Universo, de modo que el Demiurgo An quedó aquí confinado, junto a
sus cómplices.
Por desgracia, también
los Dioses Leales que se encontraban en la Tierra en ese momento, quedaron aquí
atrapados y, en los milenios posteriores, la Guerra Esencial prosiguió en la
Tierra.
Lo primero que
hicieron los Dioses Traidores fue maltratar cruelmente a los pocos Kingú que
lograron atrapar. Los demás escaparon al «Abismo», el Abzu, que
según Parks, sería la parte interna de la Tierra Hueca. (Relacionado con el
anterior artículo sobre los ángeles caídos). El «Abismo», es también el Kigal,
las Infra dimensiones, y allí también se desplazaron los Kingú para
establecer su Reino.
Irónicamente,
los Dioses Traidores, que habían sido confinados en la Tierra, contarían
posteriormente a sus adoradores que ellos habían arrojado y confinado a los «Demonios»
Kingú al Abismo.
Otra Raza que
huyó con la llegada de los Dioses Traidores fueron los Namlú’u, una
magnífica raza originaria de la Tierra, que habían sido los Guardianes
Planetarios hasta ese momento. Éstos huyeron al Angal, las Altas Dimensiones.
Los Anunna, en cambio, se quedaron en Ki, la Tercera Dimensión, y
así llegaron a ser conocidos como los Anunna-Ki.
Los Dioses
Traidores obligaron a los Nungal a trabajar como esclavos, cavando canales de
agua en sumeria. Debido a su semejanza con los Kingú, los Nungal fueron muy
maltratados y burlados por los Anunna, que gozaban de sentir e imaginar que
tenían doblegados a los Reptilianos Originales, trabajando como sirvientes para
ellos.
Posteriormente,
los Nungal se rebelaron (la rebelión de la que Sitchin habla, pero no se trata
ni del mismo contexto ni de los Anunnaki) y, entonces,
los Dioses Traidores miraron a los Humanos Neandertales que existían en
África, y los modificaron genéticamente, para convertirlos en esclavos. En
forma adrede, les dieron un aspecto similar a los Kingú, para «marcar su
dominio» sobre los odiados Reptilianos Originales.
Sin embargo, posteriormente,
Sa’am hizo nuevas modificaciones genéticas en los humanos, para sacarlos de su
condición de bestias de trabajo. Más tarde, sus aliados Nungal, se mezclaron
con las hijas de los hombres, como dice el Génesis, dando origen a una raza más
inteligente y parecida a los Kingú.
Esta es la
razón por la que los Reptilianos Traidores (Usumgal y Anunna) odian a los
humanos, especialmente a los de Raza Aria, que son los más semejantes a
los Kingú-Babbar, la Realeza de Reptiles Albinos, a los que un día quisieron
derrocar.
También los
Reptilianos Traidores decidieron mezclarse con las mujeres, para engendrar un
Linaje que los representase. Haciendo uso del Shemanna, el Oro Mono-Atómico, pudieron
cambiar de forma, y adoptar un aspecto humano, para engendrar su Linaje. (Mencionado por Icke en el reciente artículo sobre el
oro y la inmortalidad)
Estos son los Golen,
de los que habla Nimrod (también conocidos con el nombre de Kuarz), y
que llevan adelante la Gran Conspiración Sinárquica, siempre en
oposición al Linaje Hiperbóreo, cada Linaje llevando a cabo su
Estrategia. De este modo, la Tierra queda convertida en un Tablero de
Ajedrez, donde los Iniciados de ambos bandos se juegan el futuro de la
Humanidad, la Tierra y tal vez el completo Universo.
Entre las
muchas cosas interesantes que pueden comentarse respecto a esta Guerra Esencial
es que George Bush desciende de Constantino y Carlomagno,
dos Golen que prestaron grandes servicios a la Traición Sinárquica.
Carlomagno, por ejemplo, derrocó la Dinastía de los Reyes Merovingios
(Hiperbóreos) de Francia, instaurando una nueva Dinastía, la de los Reyes
Carolingios.
Según la
leyenda, Meroveo, el primer Merovingio, fue el producto de la unión
de una mujer humana con el Quinotauro, una
criatura Anfibio-Reptiliana. Parks describe a Saam
como un ser Anfibio-Reptil, pero según su versión, Saam-Osiris fue
asesinado por un clon suyo, Enimin-Seth (quien se unió a los Dioses
Traidores, quedando como jefe de los Anunnaki, haciéndose llamar también Jehová)
miles de años antes de la época de los Merovingios. Pero Sa’am tenía al menos
un clon leal, de nombre Isimud. Él pudo haber sido el Quinotauro.