jueves, 20 de septiembre de 2012

Guerras Gina’abul (Crónicas del Girkú)





Guerras Gina’abul

  Primera Parte

Por favor, consulte Mundos para obtener información adicional acerca de los lugares mencionados en este apartado.

Esta sección podría haberse titulado “Historia”. Ya que la mayor parte de la historia Gina’abul descrita en el trabajo de Parks es la historia de su guerra. O podría haber sido titulada “Género”, porque la guerra fue verdaderamente una “batalla de sexos”.

Esto podría sonar extraño. La guerra en la Tierra normalmente ha sido por motivos geopolíticos, o pudiera haber parecido que se trataba de religión e ideologías, pero esto se debe a que los grupos geopolíticos fueron divididos en términos religiosos o ideológicos.

Entre los Gina’abul, algunas sub-razas son de un solo género; por lo tanto, las guerras a menudo eran guerras de géneros.

En última instancia la guerra es siempre por poder, y entre los Gina-abul cada género tiene sus poderes únicos. Se podría decir que el género es una fuente única de poderes especiales, y estos poderes son celosamente guardados (por las hembras) o buscados (por los machos).

¿Por qué estos poderes en los sexos no son tan obvios en la Tierra? Podría parecer que no fuimos engendrados o concebidos para tenerlos. Pero incluso aquí hay la misma línea de diferenciación: hombres fríos, hambrientos de poder, orientados hacia la tecnología, versus las mujeres, que son generalmente más medidas y equilibradas.

Como se ha mencionado anteriormente, las hembras Gina’abul (Amašutum) se protegen a sí mismas de los machos separándose de ellos. Esto creo tensiones que condujeron a sangrientos conflictos.

A continuación, libremente extraído y traducido del primer libro de Parks (Pag. 200 de la segunda edición), y levemente aclarado por medio de una entrevista a Anton Parks, es Mamitu-Nammu quien describe estos acontecimientos a Sa’am:

Tu debes saber que tus Kuku [ancestros] son vistos siempre como los primogénitos entre los Gina’abul, porque son más grandes que los Kingu. Es una antigua y vana pelea entre tus Kuku y los Kingu, porque todos nosotros sabemos que el lugar original de nacimiento de nuestra raza es Ušu (Draco) y que los Ušumgal fueron creados por el gran Kingu, el Kingu-Babbar (Kingu albino), en tiempos tan distantes que se han perdido en la memoria egocéntrica de tus Kuku.

Hace miles de años, nosotros (las Amašutum, las hembras Gina’abul) vivíamos en Urbar’ra (Lyra) con los Sukkal, los Mušgir, los Ušumgal, y algunos Kingu [ver Razas abajo] – estos últimos constituían la raza real de Ušu (Draco), que es el lugar de origen de los Gina’abul. Los Ušumgal y los Kingu gobernaron en estos lugares, pero no estaban en mayoría. Los Mušgir eran mucho más numerosos y constituían una ambiciosa raza que deseaba hacer de las hembras objetos sexuales a su servicio. Estos censurables seres tenían envidia de nuestra inmortalidad física y de la fuerza divina que poseemos, por lo que se les metió en la cabeza el dominarnos.

Esto provocó una ruptura. Los Kingu traicioneramente nos abandonaron y regresaron a las colonias Gina’abul de Ušu (Draco).[Esto no es completamente cierto. Una minoría de ellos fue a Te (Aquila), y Mamitu-Nammu estaba encubriendo este hecho. Sus motivos se explican en Ádam Genisiš.]

Los Ušumgal le tienen horror a los Kingu, sus creadores, a causa de este abandono.

“Una vez que los Kingu se fueron, los Ušumgal se unieron a los Mušgir, en oposición a nosotros (Amašutum), en un conflicto cuyo “juego” era la dominación de los machos sobre las hembras y la posesión de nuestro poder femenino (véase el remanente social hoy en día desde los albores de los tiempos religiosos). Esta guerra dio lugar a nuestro encarcelamiento por los Mušgir, quienes nos forzaron a crear para ellos una raza femenina mas dócil y sumisa con el fin de robar nuestros poderes.

En cuanto a los Sukkal, ellos vinieron al principio para ayudar a las Amašutum, pero se retiraron cuando las Amašutum comenzaron a emplear medios violentos para protegerse. Siendo Kadištu, los Sukkal no pueden participar en conflictos… Pero hemos ido demasiado lejos con esta violencia, y muchas de nosotros lo lamentamos amargamente. Hemos respondido a la represión con represión… Luchando contra los machos no hemos tenido la retrospección para percibir que nos hemos transformado en la imagen de aquello contra lo cual peleamos, y que nos horroriza. Esta es, sin duda una de las razones por las cuales nuestro creador (An) apenas nos puede soportar.”

Extracto de entrevista…

Karma Uno: Tanto en el volumen uno como en el volumen dos, usted describe un conflicto de proporciones galácticas entre varias razas extraterrestres, en realidad dos facciones importantes, una de polaridad masculina y otra femenina: los Ušumgal de ascendencia real, que de hecho se consideran la más alta jerarquía reptiliana, compuesta por siete gobernantes (Anšar, Kišhar, An, Lahmu, lahamu, Tiamata, Abzu-Abba) y su casta de príncipes y guerreros, los Anunna, que persiguen con un odio implacable a las otras líneas reptilianas que proceden de otra constelación: Los Kingu-Babbar, originarios de Draco, y la reina Tiamata, que sin embargo era Ušumgal.
                                                                       
La aristocracia Ušumgal proviene de la constelación de Lyra, y gobierna a los reptiles Gina’abul establecidos en la Osa Mayor.

¿Por qué tal odio y conflicto? ¿Cuáles son las consecuencias de este conflicto antediluviano en nuestras vidas hoy en día? 

Anton Parks: Siempre es la misma historia: la del sectarismo, el fanatismo religioso y el racismo. Estos comportamientos y doctrinas no son propios sólo de la Tierra; se encuentran en otros lugares e incluso entre los pueblos más evolucionados de nuestro universo.

La guerra que usted menciona, sin duda alguna, continúa. El conflicto entre los Ušumgal y la realeza Kingu ha perdurado durante milenios. Se remonta al origen mismo de los Ušumgal.

Esta raza parece haber sido clonada en tiempos muy lejanos por los Kingu-Babbar (los albinos reales), pero los Ušumgal no pueden asimilar esto por razones que son demasiado remotas en el tiempo y que ni siquiera forman parte del espacio-tiempo al que se refieren los episodios que he recibido.

Los Ušumgal son pretenciosos y muy arrogantes; esto está, sin lugar a dudas, relacionado con su gran tamaño, que sobrepasa al de otras castas que componen la familia Gina’abul. (Collier detalla la fisonomía de los Ušumgal que el llama Draco)

Las Gina’abul femeninas se encuentran en medio de estas querellas y a veces les ha tocado a ellas, como Kadištu (Diseñadoras de Vida), tener que reparar los daños causados por cada uno de los dos bandos.

Los conflictos que directamente constituyen parte de la historia que nos ocupa se relacionan con la creación de los Anunna y la trama que gira en torno a ello. La reina Tiamata se rebeló cuando se enteró de esta conspiración, y fue a la guerra en contra de sus hijos Ušumgal con la ayuda de los Kingu…

Esta observación es clave en esta historia, y también en la historia de la humanidad, porque An estaba creando la raza de los Anunna y una nueva raza de Mušgir, los cuales mas tarde vinieron a nuestro sistema solar y derrotaron a las Amašutum, quienes tenían aquí una colonia. Esto, a su vez, condujo a nuestra secular lucha entre el patriarcado y los remanentes de las antiguas religiones de la Diosa.

Continúa con una descripción de los horrores que fueron perpetrados contra las hembras en los centros de detención que fueron establecidos por los machos. En vista de ciertas prácticas oscuras que persisten aún en nuestros días, adquiere particular importancia como los varones se alimentaban de las emociones de las hembras aterrorizadas. A través de estos medios, los machos intentaron conseguir la inmortalidad y la estructura completa de los conocimientos de las hembras.

Esto y el resto de la declaración de Mamitu-Nammu a Sa’am se pueden encontrar en el libro 1, Le Secret.

La Gran Guerra” a la cual condujeron estos acontecimientos, que tenía como objetivo la dominación de los machos sobre las hembras y la posesión del poder femenino, y en la cual se enfrentaban los Ušumgal y los Mušgir contra la antigua raza Amašutum, tuvo su culminación en el sistema estelar Ubšu’ukkinna (Maia) de Mulmul (las Pléyades). Esta guerra sin sentido no tuvo ningún vencedor. Prácticamente todas las Amašutum fueron aniquiladas, y virtualmente todos los Ušumgal.

Sobrevivieron algunos Míminu y Mušgir.

Los Kadištu se habían mantenido al margen del conflicto, pero al final de las hostilidades con la asistencia de los Sukkal (ver Razas), expulsaron de Mulmul a los últimos Mušgir recalcitrantes. Sólo se permitió a los Míminu permanecer en Mulmul, bajo la condición que respetaran los nuevos decretos. Aunque apenas son benevolentes, los Míminu siempre han estado del lado de la autoridad dominante. Muchos de ellos encontraron refugio en Mulmul.

Los únicos Ušumgal supervivientes a este conflicto fueron Abzu-Abba y sus descendientes Lahmu y Lahamu (mas Tiamata, considerada como una Ušumgal por su vinculo con Abzu-Abba). Los Míminu los habían protegido y alejado de los conflictos en el sistema Ubšu’ukkinna en Mulmul porque eran grandes clonadores, por lo menos los mejores de la raza Ušumgal. Eran los últimos supervivientes de la raza real de Urbar’ra (Lyra).

Abzu-Abba había clonado a Lahmu y Lahamu en el planeta Duku (en Ubšu’ukkinna) con material genético de la entonces futura reina Tiamata, con quien el mantenía una relación ilícita; es decir, que no estaba permitida por las recientes leyes de Urbar’ra (Lyra), votadas justo antes de la “Gran Guerra”, que prohibían todo contacto entre los dos sexos. Se consideraba que Lahmu y Lahamu habían sido clonados ilegalmente.

Anšhar y Kišhar fueron creados posteriormente en Dukú. Ellos se apropiaron de esta ubicación/ región/lugar que pertenecía a las Amašutum. Mas tarde, los sistemas Ubšu’ukkinna y Dukú fueron asignados a Anšhar, según las leyes del patriarcado vigentes entre los Gina’abul. Parks piensa que An fue creado en Anduruna, donde los Ušhumgal acababan de establecerse en Margid’da. An también poseía derechos sobre Ubšu’ukkinna; por esta razón los Anunna fueron creados allí. Por supuesto, la guerra entre las ramas masculina y femenina de los Gina’abul no había terminado. La gráfica genealógica le ayudará a entender los linajes de los personajes responsables del próximo estallido.

Revise en la gráfica, la genealogía de An y Ninmah, creadores de los Anunna, y de Sa’am y Mamitu- Nammu, creadores de los Nungal.

Consulte Razas para analizar el propósito y características de las razas Anunna y Nungal.

Segunda parte

La información incluida en la sección anterior ayuda a establecer la naturaleza y cualidades de las Amašutum que se encontraban en el meollo de la Gran Guerra, cuyas consecuencias se convirtieron en el tema del relato de Parks y, en ultima instancia, condujeron a nuestra moderna situación mundial.

La Gran Guerra tiene una base biológica, como se ha mencionado anteriormente, y en esta sección exploraremos ese aspecto con mas profundidad.

La iniciación de Sa’am fue llamada “Fuego de Aš”, siendo una expresión de la lengua Emeša para designar a la “araña”. El Decodificador indica varias asociaciones entre “araña” y la Diosa-Madre entre los Gina’abul, y también entre los Hopi. La conexión es explicada a Sa’am por Mamitu:

Los Mušgir nos robaron nuestra dignidad, pero también nuestras cosechas, porque antes de convertirse en nuestros enemigos, ellos disfrutaban una parte de nuestras cosechas que también compartíamos con los Sukkal; siempre hemos sido grandes agricultoras. Cuando nos volcamos en la guerra contra ellos, los Mušgir, aislados y tomados totalmente por sorpresa, no encontraron otra solución que apropiarse de nuestras plantaciones.

Como nosotras, la araña es una formidable guerrera. Si la colocas en el campo, ella atacara implacablemente a los parásitos devastadores. La araña también experimenta Gibil’lasu (renovación de la piel) periódicamente y se retira, al igual que nosotras lo hacemos cuando cambiamos nuestra piel. La araña es independiente y puede pasar semanas enteras sin alimento, exactamente igual que las Amašutum.


Tenemos otro punto en común con la araña: el veneno. Durante largo tiempo, anterior a los Musgir, el prototipo original de Amašutum secretaba una sustancia [el veneno usado en la iniciación de Sa’am] que entumece los sentidos y enferma… Hemos determinado la composición precisa de este material y podemos rehacerlo sin dificultad.

Este fluido era producido y almacenado en una protuberancia escondida en el útero de nuestras ilustres antepasadas. En esa época, las Amašutum no daban a luz a sus jóvenes de la manera en que nosotros podemos hacerlo ocasionalmente ahora. Si querían ejercer de madres de manera natural, ellas producían una matriz temporal intermedia [!un huevo!], del cual surgía un retoño. Este famoso fluido daba la posibilidad a la hembra de destruir su huevo en cualquier momento, si fuese conveniente, o no llevar adelante el proceso de desarrollo del embrión.

Nosotras, las hembras, siempre hemos estado inmunizadas contra este veneno, pero en vosotros, los varones, este fluido degrada los elementos químicos que establecen los vínculos entre las terminaciones nerviosas y los músculos. Lamentablemente, en la época de los Mušgir, la mayoría de nosotras no secretábamos ya este fluido. Si ese hubiera sido el caso, no hubiéramos tenido que combatir a los Mušgir, porque los machos nunca fueron capaces de distinguir entre nuestra Rasa (Ra-sa, fluido secretado durante el acto sexual) [Decodificador] y nuestro veneno.

“¿Por qué no secretamos ahora ese veneno? Porque un poco antes de la creación de los Mušgir, nosotras nos incorporamos a la confederación de los Kadištu, gracias a nuestros aliados, los Sukkal. Como Kadištu divinas, ya no podíamos poseer el veneno. Esta arma representaba un peligro para otros, y era totalmente incompatible con la función de Diseñadoras de Vida. A partir de ese momento, todas las Amašutum fueron privadas de este fluido en el instante de la clonación. Cualquiera que poseyera el fluido cohabitaba con sus nuevas hermanas, pero no podía ser considerada como Kadištu. Algunas de ellas tuvieron éxito engañando a los Mušgir y eliminaron a varios de ellos. Luego, estas fueron declaradas Amaš (salvajes).”

Bajando los ojos y evidentemente avergonzada, Mamitu informa que todas ellas, excepto un puñado, fueron masacradas en la Gran Guerra.

Entre nosotras, la Reina Usumgal Tiamata fue la única sobreviviente. Después de la guerra, las pocas supervivientes de la antigua raza fueron especialmente integradas en los Kadištu.”

Tercera parte

La Gran Guerra fue precursora de todos los acontecimientos de nuestra historia en Ti-ama- te, el sistema solar actual que habitamos.

Aproximadamente veinte o treinta años después de la fundación de la colonia Kharsag, la guerra continúa. Unidades de soldados, maltratados en el combate, irrumpen con frecuencia en la colonia para descansar un poco y reponerse. Esto siempre siembra la discordia y es el tema central de las asambleas. Enlil nunca les permite permanecer más de un Ud (dia) antes de enviarlos de vuelta al frente.

Anteriormente Enlil se había quejado de dolores de cabeza, pero el y los otros machos lo hacen con menos frecuencia ahora. Enki se pregunta si esto indica que el KI es cada vez más compatible, o si es un signo de la inminente victoria de sus partidarios en la guerra.

Los felinos Diseñadores de Vida conocidos como Urmah despliegan una importante posición militar en el este (oeste) del extenso Edin (llanura) hacia Kankala (Africa). Los Kuku (antepasados) nunca han detectado su base. Enki sabe por los archivos de Nammu, registrados en el Ugur (cristal), que las bases son subterráneas, y llevan el nombre de Gigal [GI7-GAL: grande y noble; GI6-GAL: grande y oscuro, en sumerio]. Enki no hablará de este lugar a sus Kuku, a Ninmah, y menos aún a Enlil, el Gran Šatam.

Enki se propone ir allí cuanto antes.

Los Kingu han estado en Šalim para firmar un acuerdo, obteniendo un permiso oficial para establecerse en las grutas y los túneles de Uraš (la Tierra). La realeza se ha vuelto insegura debido a la guerra y a la dominación de los Anunna. Aquellos que desde siempre habían ocupado Uraš se han convertido progresivamente en vulgares fugitivos. Pero el inquebrantable núcleo del grupo gobernante permanece totalmente esquivo. Como compensación Dim’mege ha sellado una tregua entre los Kingu y las Amašutum del Abzu. Habiendo tenido una historia salpicada de discordia entre ellas y la realeza, este acuerdo parece beneficioso para el pueblo del Abzu.

El tratado se firmo sin el consentimiento de Enki, e incluso sin su presencia. Su madre firmo en su lugar.

Enki guarda esta información en secreto. Ninguna autoridad gobernante de Kharsag le merece el menor respeto.

Por lo tanto, los Kingu siguen siendo aliados de las Amašutum y de Enki, como lo fueron a la causa de la antigua reina. Para los Kingu, Nammu es considerada como la descendiente legitima de Tiamata, aunque que no le reconocen ninguna autoridad sobre ellos.

Posguerra

Finalmente, por supuesto, la Gran Guerra tocó a su fin. En este momento no somos conscientes de que se hubiera firmado ningún tratado con los Gina’abul, aunque actualizaremos esta afirmación si se comprueba algún error. Parece haber sido más un reconocimiento general por todas las partes de que los Gina’abul no iban a ser desalojados de su base en Uraš, y de que incluso era inútil seguir tratando de negar su eventual titularidad sobre todo Ti-ama-te (el sistema solar).

La lucha parecía haber cesado en Udu’idimsa (Marte). Los Míminus (grises) fueron dispersados por todo Ti-ama-te (el Sistema Solar). Mulge, el planeta de los Kadištu (Disenadores de Vida), al tener una “frecuencia” demasiado elevada para los Kuku (antepasados) de Sa’am, nunca sería dominado por ellos. No obstante Sa’am tendría todavía que preocuparse de que los Gina’abul pudieran, de alguna manera, introducirse algún día en el Abzu de Mulge sin su autorización (que debían requerirle, pues el era el Señor de todos los Abzus en Ti-ama-te). Muchos emisarios de la Fuente vivían allí, incluyendo a las hembras Gina’abul.

La situación con respecto a Mulge-Tab, satélite de Mulge, era incluso menos clara. Parecía que su KIGAL era una exquisitez para los sentidos. Allí vivían las Nindigir (sacerdotisas), y eran las guardianas de las disposiciones de los “Diseñadores de Vida”.

Sa’am-Enki esperaba que, con el fin de la guerra, el pudiera moverse mas allá de sus límites habituales, viajar libremente alrededor de Ti-ama-te, y tal vez hacerse cargo de algunos asuntos importantes. Hay que entender que aunque el siempre se había considerado alineado con los Kadištu que estaban aquí, a su vez ellos a menudo no reconocían esto, y Nammu le había advertido que tuviera cuidado no fuera a ser tratado como un general Gina’abul. Ademas, por supuesto, los propios Gina’abul limitaron más sus viajes, al no confiar nunca en el, al mismo tiempo que necesitaban muy frecuentemente su asistencia.

Sa’am podía moverse por los alrededores en su Gigirlah (nave), pero también las tropas de sus Kuku (antepasados) pronto estarían aterrizando en Uraš, trayendo quien sabe que cambios.

(Los Gigirlah son naves más pequeñas en forma de platillo que pueden realizar vuelos espaciales, pero que generalmente son usadas para operaciones de menor nivel. Pueden utilizar Dirannas, y, de hecho, Sa’am y su gente llegaron a Uraš en Gigirlah a través de un Diranna. Son omni-presentes, y utilizados por muchas civilizaciones. La protuberancia central, como se puede imaginar, es el módulo de pasajeros. Esta nave exhibe un halo de luz cuando está en movimiento.)

Sa’am-Enki quería reunirse con los Urmah, Kadištu felinos, en su base subterránea secreta en el Gigal.

El había encontrado el plano de la disposición de esta base en Ugur, el cual la mostraba situada en el extremo sur (actualmente, norte) de Kankala (Africa), cerca de un rio largo que fluía en la parte meridional (septentrional) de Kankala, y cuyas fuentes estaban en el país de Sinsal, la gran reserva de los Ugubi (monos). Esta es la ubicación de lo que hoy conocemos como la meseta Giza.

Había una zona de seguridad establecida por puestos de observación robóticos ocultos en la vegetación, lo que obligo a Sa’am a tener que quedarse fuera y simplemente observar las idas y venidas de los felinos durante varias noches.

Su intensidad había ido en aumento. La tierra temblaba de vez en cuando con ruidos sordos que emanaban de los profundos abismos. Luces brillaban fuera de los agujeros y huecos en la tierra.
Todo esto daba la impresión de que los Urmah abandonaban el lugar, aunque Sa’am no vio naves suficientes para sugerir un vuelo (huida) propiamente dicho.

Con la ayuda de un dispositivo de visión, Sa’am podía ver que los Urmah tenían un tamaño impresionante, con una estatura mayor que la de los Gina’abul, hombros grandes, y cabeza de Pirig (leon) con melena ocre. Asombrosamente, varios tenían largas garras en su mano derecha. El Girkú no tenía ninguna información sobre esto. Sa’am expone que los Imdugud, sus “hijos”, se mostraban exactamente igual como medida de autoprotección.

Mencionamos anteriormente la advertencia de Nammu a Sa’am sobre el riesgo que corría al entrar en contacto con los Urmah. Pero ella también dijo que ellos toleraban bastante bien a las Amašutum como emisarias de la Fuente. Nammu había tenido relaciones de trabajo con ellos – no siempre muy agradables.

Los Urmah eran “rápidos” [”vif”] y “secos” [”sec”]. Poseían un estado de conciencia que funcionaba de manera muy diferente del que tenían Sa’am y sus socios. Muy suspicaces por naturaleza, y muy solitarios, como también podría decirse de los Imdugud.

Las naves de los felinos de la Fuente eran pequeñas y ligeras. Unas eran silenciosas; otras emitían de vez en cuando un silbido que removía el polvo. Esas salían solo de noche.

Aquí Parks parece hacer una distinción entre “felinos de la Fuente “ y “Urmah” cuando afirma que las naves de los Urmah son más pálidas y más alargadas, y que no conoce su punto de acceso al Gigal, que parece estar situado mucho mas lejos en el “interior”.

Sa’am reconoce estas naves como las que dos Muanna (años) antes habían atacado su montana en Dukug con algunos Uru (misiles). Ese asalto había dañado una pequeña parte del Kharsag y los trabajos de sus Nungal en el vasto Edin, pero no hubo heridos. Los Anunna habían respondido duramente desde sus posiciones al pie de la montana. Luego, habían triplicado sus defensas en el Dukug y el gran Šatam (Enlil) había reunido varios cientos de soldados adicionales para proteger la ciudad agraria. Eso hizo necesario ampliar sus plantaciones de cultivos. !En algunos días, esa misma necesidad iba a ser mucho mayor!

Enlil acaba de traer cuatro Albarzil (taladros mecánicos) más del Abzu. Eran necesarios desde hace años; simplemente, el trabajo no avanzaba. Esta es la costumbre de Enlil: responder a la necesidad cuando ya es demasiado tarde.

Sa’am-Enki ha sido incapaz de ponerse en contacto con su padre, cuyos viajes “al corazón de Tiamate” (Mulge) a veces parecen ser solamente un pretexto para esconderse de sus hijos.

Resumen Extendido

Parks habla de una antiquísima guerra entre Razas Reptilianas. Los Reptilianos Originales eran los Kingú, una Raza Dragón que apareció en la Constelación de Draco. ¡Estos deben ser los Reptiles Hiperbóreos! De todas las Razas Reptilianas, los Kingú son los que más se parecen a los humanos. Según Parks, hay Kingús Verdes, Rojos y Blancos.

Los Kingú-Babbar son los Blancos o Albinos, la Realeza Kingú. Nimrod relaciona a la Raza Blanca de la Tierra a los Hiperbóreos. Parks dice que la palabra inglesa King (Rey), deriva del sumerio Kingú («Gobernante sobre las Regiones»).
 
Como Parks, muchas fuentes coinciden en que los Reptilianos se originaron en la Constelación Draco, y luego, grupos de ellos emigraron a diversas Constelaciones. El principal centro Reptil en este Sector Galáctico, aparte de Draco, sería Orión.

En algún momento de la historia, los Kingú crearon otra Raza Dragón, los Usumgal. Los Siete primeros Usumgal eran los de mayor jerarquía de su Raza, pero, al parecer, eso no les bastó. Siempre envidiaron a los Kingú, y desearon ocupar su lugar, y el de las Amasutum, una Raza de Hembras Genetistas Reptilianas que se reproducían por clonación.

Los Usumgal fueron quienes crearon a los Musgir (también conocidos como Pazuzu o Gárgolas), y a los Míminu (los famosos Grises), que eran una variedad de Musgir de piel suave, sin escamas, ni cuernos, alas ni cola. 

Fue An, «El Séptimo de los Usumgal», quien creó una nueva Raza de Guerreros Reptiles, los Anunna para combatir a los Kingú y las Amasutum, cuyo objetivo real era atacar y destruir a Tiamata. Fueron creados en Las Pléyades (Maia), aunque el prototipo, Sa’am, fue creado en la Osa Mayor.

Luego, Sa’am (también conocido como Enki), se revelaría contra An, también conocido con los nombres de Anu, Yahvé y Jehová. A su vez, Sa’am creó otra Raza, muy similar a los humanos: eran los Nungal, también conocidos como los Igigi, Observadores, Guardianes o Vigilantes.

 LA GUERRA DE LOS MUNDOS Y SUS CONSECUENCIAS

¡Los Usumgal son los Dioses Traidores de los que habla Nimrod! Ellos y sus cómplices: los Anunna, los Sutum, los Míminu, etc., pelearon contra los Dioses Leales: los Kingú, las Amasutum, etc. Según Parks, los Leales Nungal no alcanzaron a pelear en esta Guerra de los Mundos, en donde los Dioses Traidores resultaron victoriosos.

La victoria se saldó en este Sistema Solar, y más específicamente en este Planeta, en donde Tiamata, la Reina de las Amasutum (que sería la Sofía de los Gnósticos, según Parks) fue aniquilada. Obviamente, An sería el Demiurgo; y los Arcontes, los 7 Usumgal Principales.

Muerte de Ti-ama-ta

Las tradiciones judías encontradas en la exégesis rabínica, que se remontan a las creencias mesopotámicas y egipcias, explican que;

El abismo llamado Tehom, (tomado de Tiamat(a)) se levantó y amenazó con sumergir el trabajo de Dios. Pero en su carroza de fuego (sic), Dios montó las olas y lo revolcó en grandes torrentes de granizo, relámpagos y rayos. Dios entonces, expidió a Leviatán, el monstruoso aliado de Tehom, con un golpe en la cabeza, y también al monstruo Rahab hundiendo su espada directamente en el corazón.” 

Tehom, el Abismo, y sus “monstruosos” acólitos seguramente representan a Tiamata y a sus aliados, quienes fueron destruidos, expulsados o enterrados en la Tierra, es decir en el mundo hueco del Abzu (el Abismo).

Así se puede comprender, que esta grotesca alegoría ha sido pensada para atestiguar el entierro del culto de la Diosa-Madre y de la Fuente por los usurpadores alienígenos. Ya sea, Marduk que caza a Tiamat(a), Set que busca a Apofis, Zeus que mata a Tifón, Miguel que elimina al villano Satán, Yahvé que le quita el puesto a Tehom-Leviathan,…!la historia es exactamente la misma cada vez! 

Veremos más adelante que ciertos pasajes bíblicos también equiparan a los países enemigos, tales como Egipto, con los monstruos del abismo (adversarios del buen e irritable “Dios único”).

La Destrucción de Leviathan” por Gustave Doré”

“Isa 27:1 Aquel día castigará el Señor… al leviatán serpiente huidiza, al leviatán serpiente tortuosa; y matará al monstruo que está en el mar.

(Este sistema solar, Ti-ama-te (lugar donde la compasión y la vida se cruzan), ha sido una de las bases principales de los Kadištu, bajo la tutela de los extraordinarios y multi-dimensionales Namlú’u, humanos primordiales que habían sido desarrollados aquí. El sistema fue denominado así en honor a Ti-am-ata, reina Ušumgal de la Gina’abul de Margíd’da, que fue su mayor responsable. Definitivamente, Tiamata tenía una orientación Kadištu, al igual que Nammu y Sa’am.)

Sin embargo, fue una victoria pírrica. Los Kadistu de Parks, o los Dioses Leales de Nimrod, decidieron cerrar los Diranna o Portales Estelares que unían la Tierra y el Sistema Solar con el resto del Universo, de modo que el Demiurgo An quedó aquí confinado, junto a sus cómplices.

Por desgracia, también los Dioses Leales que se encontraban en la Tierra en ese momento, quedaron aquí atrapados y, en los milenios posteriores, la Guerra Esencial prosiguió en la Tierra.
Lo primero que hicieron los Dioses Traidores fue maltratar cruelmente a los pocos Kingú que lograron atrapar. Los demás escaparon al «Abismo», el Abzu, que según Parks, sería la parte interna de la Tierra Hueca. (Relacionado con el anterior artículo sobre los ángeles caídos). El «Abismo», es también el Kigal, las Infra dimensiones, y allí también se desplazaron los Kingú para establecer su Reino.

Irónicamente, los Dioses Traidores, que habían sido confinados en la Tierra, contarían posteriormente a sus adoradores que ellos habían arrojado y confinado a los «Demonios» Kingú al Abismo.

Otra Raza que huyó con la llegada de los Dioses Traidores fueron los Namlú’u, una magnífica raza originaria de la Tierra, que habían sido los Guardianes Planetarios hasta ese momento. Éstos huyeron al Angal, las Altas Dimensiones. Los Anunna, en cambio, se quedaron en Ki, la Tercera Dimensión, y así llegaron a ser conocidos como los Anunna-Ki.

Los Dioses Traidores obligaron a los Nungal a trabajar como esclavos, cavando canales de agua en sumeria. Debido a su semejanza con los Kingú, los Nungal fueron muy maltratados y burlados por los Anunna, que gozaban de sentir e imaginar que tenían doblegados a los Reptilianos Originales, trabajando como sirvientes para ellos.

Posteriormente, los Nungal se rebelaron (la rebelión de la que Sitchin habla, pero no se trata ni del mismo contexto ni de los Anunnaki) y, entonces, los Dioses Traidores miraron a los Humanos Neandertales que existían en África, y los modificaron genéticamente, para convertirlos en esclavos. En forma adrede, les dieron un aspecto similar a los Kingú, para «marcar su dominio» sobre los odiados Reptilianos Originales.


Sin embargo, posteriormente, Sa’am hizo nuevas modificaciones genéticas en los humanos, para sacarlos de su condición de bestias de trabajo. Más tarde, sus aliados Nungal, se mezclaron con las hijas de los hombres, como dice el Génesis, dando origen a una raza más inteligente y parecida a los Kingú.

Esta es la razón por la que los Reptilianos Traidores (Usumgal y Anunna) odian a los humanos, especialmente a los de Raza Aria, que son los más semejantes a los Kingú-Babbar, la Realeza de Reptiles Albinos, a los que un día quisieron derrocar.

También los Reptilianos Traidores decidieron mezclarse con las mujeres, para engendrar un Linaje que los representase. Haciendo uso del Shemanna, el Oro Mono-Atómico, pudieron cambiar de forma, y adoptar un aspecto humano, para engendrar su Linaje. (Mencionado por Icke en el reciente artículo sobre el oro y la inmortalidad)

Estos son los Golen, de los que habla Nimrod (también conocidos con el nombre de Kuarz), y que llevan adelante la Gran Conspiración Sinárquica, siempre en oposición al Linaje Hiperbóreo, cada Linaje llevando a cabo su Estrategia. De este modo, la Tierra queda convertida en un Tablero de Ajedrez, donde los Iniciados de ambos bandos se juegan el futuro de la Humanidad, la Tierra y tal vez el completo Universo.

Entre las muchas cosas interesantes que pueden comentarse respecto a esta Guerra Esencial es que George Bush desciende de Constantino y Carlomagno, dos Golen que prestaron grandes servicios a la Traición Sinárquica. Carlomagno, por ejemplo, derrocó la Dinastía de los Reyes Merovingios (Hiperbóreos) de Francia, instaurando una nueva Dinastía, la de los Reyes Carolingios.

Según la leyenda, Meroveo, el primer Merovingio, fue el producto de la unión de una mujer humana con el Quinotauro, una criatura Anfibio-Reptiliana. Parks describe a Saam como un ser Anfibio-Reptil, pero según su versión, Saam-Osiris fue asesinado por un clon suyo, Enimin-Seth (quien se unió a los Dioses Traidores, quedando como jefe de los Anunnaki, haciéndose llamar también Jehová) miles de años antes de la época de los Merovingios. Pero Sa’am tenía al menos un clon leal, de nombre Isimud. Él pudo haber sido el Quinotauro.