Por John Lash 2010 del Sitio Web MetaHistory traducción
de Editorial-Streicher 7 Agosto 2012
del Sitio Web Editorial-Streicher Versión original
del Sitio Web Editorial-Streicher Versión original
En el siguiente texto (de su
sitio www.metahistory.org) el señor
Lash realiza una descripción sumamente aclaratoria del texto gnóstico La Hipóstasis
de los Arcontes que en la entrada anterior en este blog hemos puesto en
castellano.
Por lo mismo hubimos de
re-interpretar una frase en nuestra traducción. Como siempre, independiente de
la orientación final, las anotaciones de Lash son confiables por su rigor
científico y su notable erudición.
Creemos que con esto más de
alguien puede entender un poco más el antiguo texto aludido y otras materias
del gnosticismo relacionadas. El texto que hemos traducido ahora está inserto
en un propuesto plan de lectura sobre la biblioteca descubierta en Nag Hammadi,
ayudado por estos comentarios.
Lo que sí nos llama la atención
es la mención de palabras griegas, cuando sabemos que "La
Hipóstasis..." sólo se conserva en un único testigo redactado en copto.
También llamado La Hipóstasis de los Arcontes, y La Realidad de los
Gobernadores.
Tratado cosmológico que presenta
la versión gnóstica del Génesis. Asunto central: el mito de Sofía, la
generación de los Arcontes, la violación de Eva, la locura de Yaldabaot, la
conversión del Sol y otros rasgos mitológicos.
La Realidad de los Arcontes nos
presenta un discurso más o menos directo sobre el mito gnóstico de la Creación.
Éste es el primer texto sobre
cosmología que se encuentra hasta ahora en el plan de lectura [hecho por el
autor sobre los textos de Nag Hammadi]. Hay sólo cinco de tales textos en la
recopilación entera, siendo La Hipóstasis de los Arcontes el más
breve y el más accesible de los cinco.
Por ello este es un buen lugar
para excavar en el material cosmológico. Está directamente después del
Evangelio de Felipe en el Códice II, y es seguido por Sobre el Origen del
Mundo, otro tratado cosmológico - un caso raro en los Códices de Nag Hammadi donde textos comparables
están puestos juntos.
Presentando la traducción de
Bentley Layton, Roger A. Ballard escribe:
"La Hipóstasis de los
Arcontes es ciertamente el trabajo de un maestro gnóstico que instruye a un
auditorio... El auditorio es una comunidad cristiana gnóstica, consciente del
material de ambos testamentos [de la Biblia] y aceptador de la autoridad de
Pablo".
Ésta es una típica presunción de
los eruditos que ellos se permiten, cuando consideran los materiales gnósticos
como si fueran borradores de las escrituras cristianas tempranas.
Es cierto que el primer párrafo
alude a una expresión que se encuentra en las cartas de Pablo, a los Colosenses
y a los Efesios, pero ¿quién podría asegurar que Pablo mismo no deriva
originalmente aquel lenguaje desde los círculos gnósticos?
En cualquier caso, ese lenguaje
estaba en circulación, y la manera de mencionar a Pablo como el "gran
apóstol" dice más sobre el auditorio al que se dirige que sobre la
enseñanza dirigida a ellos.
La frase "Les he enviado
esto porque ustedes preguntan acerca de la realidad de las autoridades (en
griego, exousia)", podría sugerir que al maestro gnóstico le han pedido
clarificar o corregir lo que se cree que Pablo ha dicho.
Egotismo Cósmico
La Hipóstasis de los Arcontes comienza in media res
[no desde el principio sino con la historia ya empezada].
Luego salta inmediatamente a un
acontecimiento decisivo en el mito gnóstico de la Creación: el dios impostor,
que es ciego, declara que él es el único dios en el universo; pero él es
refutado por una voz divina que le dice que él está equivocado.
Aquí el texto ofrece un
aparentemente inmotivado exabrupto:
"sus pensamientos se
volvieron ciegos" (87.5) [o "se hicieron irracionales"].
Que la gente pueda pensar en una
manera ciega (irracional), ignorante de la naturaleza de sus pensamientos, e
inconsciente del efecto que auto-obscurece el proceso del pensamiento, es una
enseñanza frecuente en el budismo y en las ciencias noéticas (de la mente),
pero los gnósticos le añadieron un extraño giro, asociándolo con un arrogante
acto de egotismo cósmico.
Ellos enseñaban que los procesos
en la psique humana están atrapados en la red de los acontecimientos que
ocurren en el cosmos en general ("paralelismo cosmo-noético"). En
nuestras mentes estamos implicados en la locura y la arrogancia del gobernante
principal.
Para un extraordinario paralelo
con el egotismo del dios impostor en el mito gnóstico, véase La Locura del Ego.
En la Hipóstasis de los Arcontes
las autoridades o gobernantes son inicialmente llamados Exousia [?], el término
que se encuentra en los escritos atribuidos a Pablo, pero luego en el texto
aparece el nombre Archontoi.
El jefe de los Exousia no es
llamado por su nombre habitual, Yaldabaoth, como ocurre en otras partes en los Códices de
Nag Hammadi. En las enseñanzas de Misterio sobre las "esferas
planetarias" los Exousia están relacionados con Júpiter y la fuerza de la
envidia (en griego, phthonos).
La Hipóstasis de los Arcontes no explica, como lo hacen otros tratados cosmológicos, cómo el gobernante principal fue producido desde "el abismo" (en copto, NOUN), aquí llamado "su madre" (en copto, MAAY). La palabra NOUN indica que la autoridad principal y su legión provienen del reino de la materia elemental, del caos, del abismo.
La Hipóstasis de los Arcontes no explica, como lo hacen otros tratados cosmológicos, cómo el gobernante principal fue producido desde "el abismo" (en copto, NOUN), aquí llamado "su madre" (en copto, MAAY). La palabra NOUN indica que la autoridad principal y su legión provienen del reino de la materia elemental, del caos, del abismo.
Esto es lo que llamamos campos
cuánticos, la (presunta) matriz inorgánica de la vida orgánica.
Sofía - aquí llamada Pistis Sophia, "la Convicción o Certeza de la
Sabiduría" - estableció un mundo celestial para las autoridades,
"en conformidad con su
poder", formando aquel mundo "a partir del modelo (typos) de los
mundos que están encima, ya que comenzando del mundo invisible fue inventado el
mundo visible"
(87.10)
Los "mundos superiores"
están en el Pleroma, la fuente de todos los modelos "arquetípicos" de
manifestación.
Los Arcontes no pueden inventar
nada. Todo tiene que ser hecho por Sofía, un Eón del Pleroma.
Otros textos
dicen que el gobernante principal crea realmente su propio mundo en el cielo,
el sistema planetario, imitando los modelos del Pleroma; pero si él es ciego,
¿cómo puede ver aquellas formas divinas?. Este pasaje supone que Sofía engaña
al dios impostor Yaldabaot para que piense que es él el que hace lo que hace ella,
la genuina Divinidad, por él.
Ahora un acontecimiento sublime:
la figura de la "Incorruptibilidad" es reflejada en el reino del caos
desde donde surgen los Exousia.
En las formaciones compuestas de
la lengua copta, la palabra "incorruptibilidad" está construida con
TAKO = "corromper, perecer", con los prefijos AT– = "no", y
MNT - que funciona como el sufijo -ción: de aquí, MNTATTEKO, "capacidad de
no corromper (se)". (La A de TAKO se cambia a una E, una de las muchas
desconcertantes irregularidades ortográficas en copto).
La Incorruptibilidad es también
llamada "inextinguibilidad".
Esta (para nosotros)
abstracción es presentada como una conciencia, viviente y presencial, aun
cuando no le sea dado un nombre divino o angelical, como Elelat. Extrañamente,
esta presencia abstracta, que supuesta-mente está en el Pleroma, produce una
imagen en la materia elemental (MOOY, "aguas"), y los Exousia la
desean, pero son incapaces de alcanzarla. Se nos dice que ellos pueden desearla
porque ellos tienen alma, pero no espíritu.
Éste es el más cercano de los
Códices de Nag Hammadi que viene a afirmar que los Arcontes tienen alma, una
vida interior de algún tipo. Ellos pueden desear y añorar algo, pero luego caen
en la envidia por lo que no pueden tener.
Aparentemente la imagen de la
Inextinguibilidad (Eternidad) se parece a la forma humana, la cual los
gobernantes, ahora llamados Archontoi, intentan copiar.
Los Arcontes "hicieron
planes" y dijeron:
"Vamos, creemos a un humano
(ROME) que será del suelo de la tierra (KAZ, variación del griego ge,
gaia)".
No está claro si ellos modelan a
un hombre, un varón, o a la forma humana general (¿tal vez un andrógino?),
porque la palabra copta ROME se usa de modo indistinto para "varón" y
para "humano".
El segmento 87.30 dice que
ellos modelaron la forma humana a partir de la "imagen de Dios", o
"aparición divina".
Inmediatamente nos enteramos de
que la imagen es femenina, porque los Arcontes ahora determinan "ver a su
contraparte masculina". Ellos primero moldean una forma femenina o matriz
y luego producen a partir de ella una forma masculina a la que ellos infunden
su aliento, pero la forma masculina es incapaz de sostenerse en pie.
Este incidente recuerda los mitos
indígenas de la Creación que describen una tentativa arruinada de producir la
forma humana - por ejemplo, los del Popol Vuh. Los Arcontes soplan
furiosamente, pero son incapaces de animar su creación pseudo-humana (88.10).
Luego viene un pasaje notable.
El espíritu del Pleroma,
observando que "la forma humana dotada de alma (psychikós)" es
incapaz de alcanzar su verdadera estatura (de ponerse de pie), envía una parte
de sí desde la "Tierra Adamantina" hacia la criatura que se empeñaba.
Y "el hombre se convirtió en un alma viviente",
PSIQUE ETONE.
El término ETONE también aparece
en el nombre de los Misterios "Jesús el Viviente", como lo hemos
señalado. Por medio de "viviente" los gnósticos querían significar
algo como "eterno", más bien que simplemente "vivo". (Esto
recuerda la diferencia entre zoé, la fuerza de vida inmortal, y bíos, la fuerza
de la formas biológicas de vida, explicada por el mitólogo Karl Kerenyi en su
libro Dionisos).
La Región o Tierra Adamantina es
un término llamativo que recuerda las enseñanzas budistas sobre la Conciencia
Adamantina o Diamantina (Vajra). Tal conciencia reside en el Pleroma, pero por
causa de que Sofía está unida con la Tierra, la presencia divina del Pleroma
impregna la Tierra.
Con el respaldo del Eón Sofía,
Adamas (Adán, "criatura de la tierra") ahora se yergue derecho y
demuestra su poder espiritual nombrando a los animales. Los tipos masculino y
femenino de la Humanidad (ROME) viven en un mundo Edénico, un paraíso natural,
la biósfera.
Sofía habita la biósfera entera,
pero Ella está también presente en ésta mediante el medio específico del
resplandor blanco vivo o Adamantino, la Luz Orgánica.
La mitología de la Hipóstasis de
los Arcontes de ese modo explica la base de la experiencia central de la
iniciación en los Misterios: la instrucción por medio de la Luz.
El Fruto Prohibido
En la versión gnóstica del
Génesis, los gobernadores (Arcontes) prohíben a los Primeros Padres comer del
árbol que permitiría que ellos discernieran el bien y el mal, y les imponen la
amenaza de muerte.
La historia tiene un sentido extraordinario,
ya que se nos dice ahora que a los Arcontes se les permite que hagan esta
prohibición justamente de modo que los Primeros Padres desobedezcan, coman el
fruto prohibido, y por consiguiente adquieran los poderes de la percepción
intensificada.
La iluminación espiritual viene
de comer el fruto prohibido, de modo que,
"Adamas no pudiera
considerarlos (a los Arcontes) como lo haría una criatura limitada a la densa
percepción materialista"
(89.5).
Cuando los Arcontes comprenden
que el conocimiento prohibido le da a Adán el poder para detectarlos por lo que
ellos realmente son, buscan luego la forma de sumergirlo en un estupor,
bloqueando la elevada percepción de Adán.
Para lograr aquello, ellos
realizan una operación grotesca: ellos abren su costado y "lo rellenan con
un poco de carne en el lugar de ella (Eva)", de modo que él es reducido de
ser una criatura espiritual (pneumatikós) al estado más modesto de una criatura
con alma (psychikós). Claramente, Adán está afrontando algunas malas jugadas de
los Arcontes.
Note que el escenario gnóstico de
Edén no es simplemente una inversión de la situación bíblica, presentando a un
falso dios creador que trabaja contra la Humanidad.
En la versión gnóstica, Adán y
Eva no pecan en términos humanos. Ellos no desobedecen meramente los
mandamientos del dios creador sino que logran acceder a poderes de la cognición
que dejan al descubierto al dios creador.
En resumen, ellos exhiben una
superioridad espiritual por sobre los Arcontes, y es por ello que ellos son
"castigados" mediante el intento de los Arcontes de sumergirlos en un
estupor. El hechizo puesto sobre Adán no disminuye su conciencia ordinaria sino
que bloquea su capacidad para la conciencia aumentada.
Si esta interpretación es
correcta, esto muestra que los gnósticos eran conscientes de que los poderes
arcónticos - y sus representantes humanos - albergan la intención de privar a
la Humanidad de la experiencia de la conciencia intensificada, es decir, del
éxtasis cognoscitivo típico de la práctica chamánica con plantas enteógenas
[que generan lo divino dentro].
De hecho, el programa del
patriarcado, directamente hasta nuestros días, siempre se ha opuesto al
contacto experimental y a la comunión con la Naturaleza Sagrada en estados
alterados.
El fruto prohibido original puede
bien haber sido una planta enteogénica, como el hongo sagrado Amanita muscaria.
Todo esto procede de Edén, el
paraíso terrestre en la Tierra, pero de manera diferente a como la historia va
en el Antiguo Testamento. Y hay más re-escrituras gnósticas del mito
judeo-cristiano de la Creación. Eva no es afectada por el sueño profundo
impuesto sobre Adán. Ella lo despierta de su estupor.
Al verla, él reconoce que
ella es "la madre de la vida", TIMAAY NNETONE, así como el
"médico" que protege la vida. Los Arcontes están profundamente
disgustados porque Eva ha derrotado su plan de dejar estupefacto a Adán, de
modo que ellos trasladan su atención hacia ella.
Aquí La Realidad de los Arcontes
presenta una versión del mito del mestizaje con alienígenas de las tablillas
cuneiformes sumerias:
«Y los Arcontes se sintieron
atraídos hacia Eva, la mujer primigenia. Ellos se dijeron el uno al otro:
"Vamos, sembremos nuestra semilla en ella", y ellos la persiguieron.
Y ella se rió de ellos por su estupidez y su ceguera; y estando al alcance de
sus garras, ella se convirtió en un árbol, y dejó delante de ellos el reflejo
de la sombra de ella».
Contrariamente a la opinión
ampliamente sostenida de que las historias cuneiformes demuestran que hubo una
intervención alienígena en la genética humana en la prehistoria, este texto
gnóstico (y no sólo éste) niega que los Arcontes tuvieran éxito en su intención
de violar a la mujer primigenia, Eva.
Ellos, sin embargo, pretendieron
realmente a una imagen de mujer,
"y ellos la profanaron
suciamente"
(89.25).
El texto extrañamente especifica
que "ellos profanaron el sello de su voz".
¿Qué puede significar esto
En términos cosmológicos,
es difícil decir lo que los Arcontes están haciendo aquí, pero en términos
psicológicos - que, recordemos, siempre corren paralelos con los
acontecimientos cósmicos en la visión gnóstica de la realidad humana - esto
sugiere que el sexo femenino ha llegado a ser profanado, difamado y denigrado.
Esto es exactamente lo que ha sucedido con el ascenso de la religión
patriarcal: la voz distintiva de la mujer, su autoridad para hablar por ella
misma y por la Diosa, ha sido difamada y profanada.
Ambos temas, la profanación de la
mujer y la prohibición de los ritos enteogénicos, son centrales para la agenda
dominadora del patriarcado.
Kenneth Rexroth, que rastreó los
orígenes del gnosticismo hasta "el Neolítico o aún más temprano",
declaró que la devoción a la "diosa redentora" en los Misterios
explica el fuerte y distintivo,
"énfasis anti-patriarcal de
la mayoría de los textos gnósticos"
("A Primer of
Gnosticism", en G.R.S. Mead, Fragments of a Faith Forgotten, p. xiii).
Y el erudito gnóstico John
D. Turner señala:
"Los gnósticos comprendieron
que la verdadera fuente de la coerción llevada a cabo por las estructuras
patriarcales yace en el demiurgo", el falso dios creador.
(Response to "Sophia and
Christ" in the Apocryphon of John, de Karen L. King", pp. 177-186, en
Images of the Feminine in Gnosticism).
Esto es ciertamente evidente en
las revisiones mitológicas de La Realidad de los Arcontes.
Sería coherente con el diseño de los Arcontes hacer a la mujer inferior al hombre, a quien ellos han engañado y han dejado atontado. Los gnósticos enseñaban que los pseudo-dioses en efecto intentaron esto, pero fallaron porque la mujer se convirtió en "el instructor" del hombre.
Sería coherente con el diseño de los Arcontes hacer a la mujer inferior al hombre, a quien ellos han engañado y han dejado atontado. Los gnósticos enseñaban que los pseudo-dioses en efecto intentaron esto, pero fallaron porque la mujer se convirtió en "el instructor" del hombre.
El instructor asume la forma de
una serpiente.
El texto hace un juego de
palabras en arameo entre serpiente e instructor. El "principio instructor
femenino" es kundalini, el Poder de la Serpiente. Este poder es una
facultad interna de un dichoso conocimiento innato, o éxtasis cognoscitivo. Los
gobernadores actuaron por envidia cuando prohibieron el acceso al árbol del
conocimiento, precisamente porque el fruto del árbol libera el Poder de la Serpiente.
El mito (90.10) sugiere que
originalmente este poder pertenecía a las serpientes, o era llevado por los
reptiles, pero les fue quitado y trasladado a la Humanidad.
La Medicina de la Serpiente
La "mujer carnal",
TISHIME NSARKIKE, también llamada la Eva carnal, está biológicamente ligada con
la mujer, contrapuesta a la mujer espiritual o "pneumática" que es el
instructor de la raza humana.
En el mito gnóstico, Eva, la
Mujer Espiritual o Pneumática, no es la tentadora de Adán, sino su libertadora.
Ella se distingue de la mujer carnal, una criatura obligada por su naturaleza
biológica más bien que dominadora de ésta:
"Abandonando a la [carnal,
biológicamente determinada] mujer, la Mujer Espiritual entra en la serpiente e
instruye al hombre y a la mujer para que coman del árbol del reconocimiento del
bien y del mal, contra la orden de los gobernadores.
Este acto de instrucción
espiritual es al mismo tiempo un acto de insubordinación. Al interrogar a Adán,
los gobernadores se enteran de que la mujer le dio del árbol y ellos la
maldicen"
(Anne McGuire, "Virginity
and Subversion: Norea Against the Powers in The Hypostasis of the
Archons", pp. 239-258, en Images of the Feminine in Gnosticism).
La Eva Carnal y su contraparte
masculina son criaturas con alma que carecen del elevado entendimiento que
otorga la iluminación psicosomática.
Debido a su "carencia de
conocimiento" ellos sienten vergüenza, estando "desnudos del elemento
espiritual (pneumatikón)", pero ellos no olvidan lo que han visto en la
gnosis relacionado con los asuntos divinos.
Cuando Adán le dice a los
Arcontes que Eva lo puso en alerta ante la influencia de ellos,
"el arrogante gobernante
maldijo a la mujer"
(91.30).
Ellos luego se volvieron y
maldijeron a la serpiente, no comprendiendo que ésta era la forma en la cual
ellos ellos mismos habían sido modelados - una referencia asombrosa a la forma "reptiliana" o dracónica de los Arcontes.
La "maldición sobre la
serpiente" es la respuesta de ellos al serpentino instructor, kundalini,
mediante el cual los humanos pueden resistir y repeler la intrusión alienígena,
y sanar los traumas causados por la agresión arcóntica. Kundalini es la
medicina de la serpiente.
La Hipóstasis de los Arcontes
atribuye la expulsión desde Edén a los Arcontes, cuyo jefe es Yaldabaot,
identificado con Yahvéh.
Esto es coherente con la
narrativa del Antiguo Testamento, pero en el Antiguo Testamento Yahweh es
considerado como el estricto dios creador que castiga con toda justicia a la
Humanidad por su desobediencia, mientras que aquí el dios creador es un
alienígena demente que toma represalias contra los primeros padres por
ejercitar sus poderes gnósticos de la percepción elevada.
La actitud de Yahvéh no es
benigna, y de ninguna manera puede ser interpretada como un castigo que conduce
al mejoramiento humano.
"Los gobernantes arrojaron
al género humano en una gran confusión mental y en una vida de trabajo duro, de
modo que los humanos pudieran estar ocupados con los asuntos mundanos, y no
pudieran tener la oportunidad de estar dedicados al espíritu santo"
(91.5-10).
La narrativa continúa con un
relato directo de la historia de Caín y Abel, y luego añade un elemento
inconfundiblemente gnóstico. Set y Norea nacen de los primeros padres. Set es
la cabeza del linaje de los Reveladores (de verdades).
Norea es el tipo de la mujer
espiritual que porta el poder inmaculado de Eva:
«La madre primigenia quedó
preñada y dio a luz a Norea.
Y ella dijo:
"El espíritu ha engendrado
en mí una virgen (en griego, parthenos) como una compañera (en copto,
NEBOETHEIA) para muchas generaciones de seres humanos"»
(91.30 - 92.4).
Entendido en su sentido original,
pagano, una "virgen" no es una mujer que no tiene ninguna experiencia
sexual sino una mujer que no ha dado a luz hijos debido a relaciones sexuales,
y así ella retiene un no utilizado poder virginal.
Buscando venganza, los Arcontes
conspiran para provocar el Diluvio y destruir a la raza humana, pero el
"gobernador de las potencias", PIARCHON DE NNDYNAMIS, advierte a Noé.
En el código de los Misterios,
los Dynamis son los espíritus planetarios de Marte. Siendo entidades
planetarias (extraterrestres), ellos serían clasificados entre los Arcontes,
pero aquí, curiosamente, ellos son aparentemente aliados de la Humanidad.
Norea, la esposa de Noé en
la narrativa tradicional, reconoce que los Dynamis son poderes alienígenas,
"gobernadores de la oscuridad", y ella les recuerda que ellos fueron
incapaces de profanar a Eva, aunque fueron capaces de estupefacer a su
contraparte masculina, Adán.
Ella los denuncia y reafirma su
conexión con los poderes más altos del Pleroma.
El Sol que Se Arrepiente
Esta confrontación ahora se torna
violenta.
Los Arcontes, aquí llamados "los señores de la
iniquidad", tratan de atacar a Norea, el principio instructor femenino. En
respuesta a la difícil situación de Norea, el gran ángel Elelat, a quien llaman
la sagacidad (en copto, MNTSABE), desciende para ayudarla e instruírla.
El gran ángel anuncia:
"He sido enviado para hablar
contigo y salvarte de ser capturada por estos que carecen de ley. Y te enseñaré
sobre tus orígenes"
(93.10)
En el pasaje 93, La Hipóstasis de
los Arcontes se convierte en algo como un discurso de revelación.
Casi
ciertamente un segundo texto, independiente, ha sido integrado a la disertación
cosmológica que hemos estado siguiendo hasta ahora. Este otro texto continúa
hasta el final del documento, en el pasaje 97.
El gran ángel hace una
aseveración común a las enseñanzas gnósticas en los códices de Nag Hammadi: la
Humanidad es superior a las autoridades, los Arcontes:
"¿Piensas que estos
gobernantes tienen algún poder sobre ti?. Ninguno de ellos puede prevalecer
contra la raíz de la verdad (en copto, ME; también, "corazón":
"la verdad en tu corazón").
Ya que en su relato [de la
verdad] el Revelador apareció en los tiempos finales, y estas autoridades serán
restringidas. Ellos no pueden profanarte y aquella generación [aliada con el
Revelador] por ti habita en incorrupción, fuerza inmortal y virginal, superior
a los Gobernantes y al caos de su mundo"
(93.20-30).
Cuando Norea (o quienquiera sea
el interlocutor en este diálogo de revelación) pregunta sobre el origen, la
naturaleza y el poder de los Arcontes, Elelat responde con una versión del mito
de Sofía, la historia de la diosa caída.
Aquí La Hipóstasis de los
Arcontes recoge el tema inicial que abrió el texto, pero con una elaboración
adicional.
En rápido lenguaje, amontonando
imagen sobre imagen, el Revelador describe cómo el eón Sofía, proyectándose a
sí misma sin un consorte desde el Pleroma, produjo una anomalía en el reino del
caos, algo,
"como un feto abortado"
que luego produjo una criatura como "una bestia arrogante parecida a un
león"
(94.15)
Tomo la afirmación de que
"fue desde la materia desde donde esto derivó" para suponer que esta
especie era inorgánica.
«Abriendo sus ojos él vio una
cantidad enorme de materia sin límite. Y él se volvió arrogante, diciendo:
"Soy yo quien es dios, y no hay ningún otro aparte de mí". Cuando él
dijo esto, él pecó contra la totalidad, el Pleroma»
(94.20-25).
Aquí está Yahvéh, el dios padre
del Antiguo Testamento, ordenando que,
"No tendrás a ningún otro
dios delante de mí".
El mandamiento es demencial, y
proviene de una mente perturbada y delirante. Un exacto paralelo budista afirma que la raíz de toda
la locura, tanto la humana como la de otro tipo, es el concepto de un ego fijo
y perdurable.
El mito continúa, contado con
frases entrecortadas: la arrogante criatura declara ser el único dios en el
cosmos, pero es reprendida por una voz que lo llama,
"Samael, el dios de los
ciegos".
Ésta es una referencia al
patriarca ciego Samuel del Antiguo Testamento. Fue Samuel quien introdujo la
institución de la monarquía divina entre los israelitas, aunque esta noción era
ajena a sus creencias tradicionales.
Los gnósticos eran agudos
observadores políticos que vieron en la teocracia judía una estratagema de los
Arcontes. De aquí que los Archontai, quienes son entidades cósmicas o
extraterrestres, han sido estrechamente asociados con las "autoridades"
humanas que dominan el orden social usando la fraudulenta pretensión teocrática
del mandato divino.
El texto ahora concluye
rápidamente con una serie de acontecimientos míticos espectaculares. El eón
Sofía carga al reino inorgánico de los Arcontes con un poder animado, y su jefe
entonces se pone a construír un cielo arcóntico, consistente en siete reinos
(la Hebdómada). Éste es el sistema planetario exclusivo del Sol, la Luna y la
Tierra.
El gobernador principal es
nuevamente encarado, esta vez por Zoé, otra hija (es decir, otro aspecto) de
Sofía, que lo llama Saklas (en arameo, "tonto") y Yaldabaoth.
Zoé sopla una gran oleada de su
fuerza, una divina fuerza de vida, en la cara del gobernante, que lo abate
hasta el Tártaro, "debajo del abismo" (95.10).
Este acontecimiento es
presenciado por el Sol, Sabaot, quien sufre una conversión. Aunque el sol sea
producido a partir de materia inorgánica (su madre) y formado por las fuerzas
arcónticas (su padre), este cuerpo celeste, actuando como una entidad cósmica
consciente, ahora decide abandonar a los Arcontes y unirse con Sofía.
La conversión de Sabaot es uno de
los grandes acontecimientos en el mito de Sofía. En otra parte he sugerido que
la simbiosis de la Tierra y el Sol reconocida en la hipótesis Gaia puede estar
reflejada aquí en la antigua mitopoesis (confección mítica).
La Hipóstasis de los
Arcontes dice que,
"Sofía y Zoé liberaron a
Sabaot y lo pusieron a cargo del séptimo cielo, debajo del velo entre Arriba y
abajo... Él está establecido encima de las fuerzas del caos (es decir, del
reino planetario de la mecánica celeste)" (95.20-25)
A su derecha está Zoé, y a su
izquierda, "un ángel de ira".
Este ordenamiento indica que la
fuerza solar es simbiótica con la vida, pero también capaz de aniquilar-la por
medio de la ira, la fuerza excesiva, como se ha visto en las erupciones
solares. En el sol arrepentido que la sirve, Gaia (la Sofía terrestre) se
reserva un poder letal.
Elelat dice enigmáticamente que Yaldabot sintió envidia del sol, Sabaot,
"y la envidia se convirtió
en un producto andrógino... y engendró la Muerte, y la Muerte engendró su
propia descendencia"
(96.5-10)
Esta alusión requiere una
interpretación que prolongaría excesivamente este comentario. Volveremos al
elemento de la muerte en posteriores tratados cosmológicos.
Finalmente, Norea pregunta si
ella es de la misma materia que los Arcontes.
Elelat contesta claramente que el
origen de ella está en "la Luz imperecedera" del Pleroma, y que los
Arcontes fueron generados fuera del Pleroma y no poseen el "espíritu de la
verdad" (96.20). Aquellos que conocen la diferencia "existen
inmortalmente en medio de la especie humana mortal" (96.25).
El gran ángel concluye con
una profecía y una promesa, aseverando el triunfo de la Humanidad sobre el
error y el poder engañoso de los Arcontes. El "elemento sembrado"
(sperma) es el modelo resplandeciente de la Humanidad que emanó del Pleroma y
fue sembrada en la tierra (es decir, mediante la panspermia).
La verdadera identidad de
las especie humana es cósmica, divina, pre-terrestre. Aquellos que se saben a
sí mismos en la perspectiva de esta identidad son los "Hijos de la
Luz" (97.10)