¿Somos los cobayas de un destino
planificado?
Tal cabría desprender de una
correspondencia que se conserva en la biblioteca del Museo Británico en
Londres: se trata de las cartas cruzadas en el siglo pasado entre Albert Pike y
Giuseppe Mazzini, dos cualificados miembros de la cúpula masónica y satánica de
los Iluminados. En ellas se diseñaron las tres grandes guerras mundiales.
Así, en carta dirigida a Mazzini
con fecha del 15 de agosto de 1871 —hace más de un siglo— Pike le comunica que
la Primera Guerra Mundial se debía generar para permitir a los Iluminados
derrocar el poder de los zares en Rusia, y transformar este país en la
fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de
los Iluminados entre los imperios británico y alemán —y también la lucha entre
el pangermanismo y el paneslavismo— se debían aprovechar para fomentar esta
guerra. Una vez concluida, se debía edificar el comunismo y utilizarlo para
destruir otros gobiernos y debilitar a las religiones.
La Segunda Guerra Mundial debía
fomentarse aprovechando las diferencias entre fascistas y sionistas políticos.
La lucha debía iniciarse para destruir el nazismo e incrementar el sionismo
político, con tal de permitir el establecimiento del Estado soberano de Israel
en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial se debía edificar una
Internacional comunista lo suficientemente robusta como para equipararse a todo
el conjunto cristiano. En este punto se la debía de contener y mantener, para
el día en que se la necesitase para el cataclismo social final.
El objetivo de estas dos guerras
—diseñadas en el siglo pasado— se ha conseguido. Queda por ver la Tercera
Guerra Mundial.
¿ESTA YA PLANIFICADA LA TERCERA
GUERRA MUNDIAL?
La Tercera Guerra Mundial se debe
de fomentar aprovechando las diferencias promovidas por los agentes de los
Iluminados entre el sionismo político y los dirigentes del mundo musulmán. La
guerra debe de orientarse de forma tal que el Islam y el sionismo político se
destruyan mutuamente, mientras que otras naciones se verán obligadas a entrar
en la lucha, hasta el punto de agotarse física, mental, espiritual y
económicamente.
Albert Pike le escribió a
Giuseppe Mazzini el 15 de agosto de 1871 que, al final de la Tercera Guerra
Mundial, quienes pretenden la completa dominación mundial provocarán el mayor
cataclismo social jamás conocido en el mundo.
UN INVISIBLE GOBIERNO MUNDIAL
Desandemos este sendero. La
Comisión Trilateral es una agrupación de personas privadas de las altas
finanzas, del mundo de los negocios y de la política, procedentes de
Norteamérica, Europa occidental y Japón, que brinda a la élite procedente de la
masonería de las distintas orientaciones unas posibilidades de encuentro, con
vistas a una colaboración secreta que abarca todo el mundo. El objetivo
ideológico de la Comisión Trilateral es el mismo que el del Council for Foreign
Relations (Consejo para Relaciones Exteriores), fundado en 1921 por el banquero
norteamericano Morgan, y conocido también como «el Gobierno invisible». Lo que
es menos conocido de la Trilateral es el hecho de que responde por igual del
poder del ocultismo, del poder de la brujería y del poder del supuesto mal, y
éstos responden a su vez de las drogas, de la música rock y de la política.
El sector político entronca con
los Iluminados, que son altos grados de la masonería. La brujería comprende la
magia negra y la blanca. A esta última se suma un determinado número de grupos
masónicos. Hay escasamente unas cien organizaciones que pertenecen al mundo de
la masonería. Se explica por esta trama secreta de planificación del destino de
la humanidad, el que Karl Marx escribiera sus obras londinenses por encargo de
Nathan Rothschild (cuyo apellido significa «escudo» o «protector de los
rojos»). Los cheques con los que le pagó pueden verse en el Museo Británico.
Marx participó en la fundación de la Primera Internacional en 1864.
Se derrumbó porque los
anarquistas querían anarquía, y la querían de inmediato. La Segunda y la
Tercera Internacional —que en sus transformaciones dieron lugar por un lado a
la Internacional Socialista y por el otro al Komintern y al Kominform—, no son
otra cosa que la confirmación de los Iluminados, que hicieron con la Revolución
francesa y con Napoleón el primer intento de gobierno mundial. Quien hable de
casualidades, es que no ha entendido todavía el juego que se llevan con todos
nosotros.
OBJETIVO: EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
La idea del judío alemán Adam
Weishaupt, que fundó la cúpula de los Iluminados el 1 de mayo de 1776, era el
camino a través de la anarquía. El que su fundación tuviese lugar el día
siguiente de la noche de Walpurgis, y el hecho de que este día fuera consagrado
mundialmente festivo —el 'Día del Trabajo'— aclara todavía más la estrecha
relación que existe. El hecho que además el sello de los Iluminados aparezca
con la fecha de 1776 en el dólar americano, asombra a aquéllos que no saben que
Washington fue tan masón como su rival Jefferson.
Si hablamos del poder efectivo,
debemos mencionar a los Rockefeller y —más importantes aún— a los Rothschild.
En sucesión ascendente siguen los Bilderberger, un club formado en mayo de 1954
e integrado por los 500 hombres y organizaciones más ricas e influyentes del
mundo, que se propone la instauración del «Nuevo Orden Mundial».
Más arriba está el «Consejo de
los 33», los 33 más altos masones iniciados del mundo. Por encima de ellos, el
«Gran Consejo de los 13», 13 Grandes Druidas, por encima de los cuales aún
actúa «El Tribunal» y, finalmente, el inmencionable nombre de grado 72 de los
cabalistas, que —dicho sea de paso—también significa «Iluminado». Para los Iluminados
Lucifer es Dios, y Jesús es el imitador.
De la misma forma que para los
cristianos Satanás es el imitador de Jesús.
CUANDO SE APAGUEN LAS LUCES DE
NEW YORK
El 1 de agosto de 1972, después
del aquelarre, es decir el «sábado de las brujas», Philip von Rothschild
anunció ante el «Consejo de los 13» en el Casino Building de San Antonio, la
planificación de la historia a partir de 1980. Las indicaciones son muy
concretas:
«Cuando veáis apagarse las luces
de New York, sabréis que nuestro objetivo se ha conseguido.»
Hay que saber interpretar la
frase. Elija cada cual, si es que tiene opción a ello, si es éste u otro su
propio objetivo.
Andreas Faber-Kaiser