lunes, 18 de febrero de 2013

LOS GIGANTES EXTRATERRESTRES: UN SECRETO BIEN GUARDADO 1





El Secreto de los Montes Bucegi (Rumania)

La historia oculta y algunas de las cosas que están saliendo de nuestro pasado remoto.

Corta introducción a los acontecimientos de 2003

En el verano de 2003, en un área inexplorada de los Montes Bucegi, una sección del Servicio de Inteligencia de Rumania, SRI, el llamado Departamento Equipo Cero, hizo un descubrimiento muy significativo, que podía cambiar completamente el destino de la humanidad.

Las monumentales presiones que los Estados Unidos ejercieron sobre el gobierno de Rumanía para que este descubrimiento no se diera a conocer al mundo, llevó a un acuerdo temporal entre ambos países y a una inusual colaboración científica y militar. La situación se complicó más a raíz de la interferencia brutal del orden de los Illuminati, quienes intentaron tomar el control tanto del lugar del descubrimiento como de la expedición rumano americana.

Caesar Brad, el experto que dedicó años de investigación a los fenómenos extraños, director de las operaciones estratégicas de máxima importancia del estado rumano, es el héroe de los increíbles acontecimientos que ocurrieron en los Montes Bucegi, y también de dos memorables encuentros con un alto representante de los Illuminati y miembro del grupo Bilderberg

Un miembro masónico, del grupo Bilderberg, en Rumanía

En mayo de 2003, un importante personaje visitó Caesar para un asunto muy especial. La petición del encuentro vino a través del SRI, el Servicio de Inteligencia de Rumania, como resultado de la intervención del gobierno rumano. El personaje era extranjero, pero hablaba muy bien el rumano y conocía muy bien Rumanía. El SRI sólo sabía que era miembro de una logia masónica muy importante de Italia, que cuenta con nobleza de alto rango y una fuerte influencia financiera en Rumanía.

Su influencia política también era muy elevada, puesto que consiguió penetrar el muro protector de los agentes del SRI y llegar al Departamento Cero.

Caesar notó una fuerte presión y pesadez alrededor de esa persona. Estaba rodeada de una nube de radiación densa y desagradable que ocultaba sus verdaderas intenciones. Para este encuentro, Caesar se preparó cuidadosamente: se aisló en una habitación y se dejó caer en un estado de profunda meditación, que le permitiría conocer más sobre esa persona.

Un helicóptero trajo este hombre alto y arrogante, enfundado en un traje negro. Llevaba un bastón con el mango de marfil e incrustaciones de oro. Su expresión era dura y sus ojos verdes irradiaban una frialdad inusual, lo que producía un efecto extraño. Se presentó como el Sr. Massini. Se mostraba muy seguro de sí mismo y daba la impresión de estar acostumbrado a dar órdenes. Dirigía una de las logias masónicas más venerables e importantes de Europa, una de de las organizaciones masónicas más influyentes del mundo: el Grupo Bilderberg.

Massini entró directamente en materia, diciendo que la gente era de dos tipos: los que pueden ser manipulados y dirigidos (la mayoría) y los otros, que poseen ciertas virtudes y una fuerte personalidad. Afirmó que su grupo formaba parte de la orden masónica más importante de todas, y que ésta estaba muy interesada en el resultado del encuentro entre ambos. Caesar le contestó que conocía algunos aspectos de la francmasonería.

El Sr Massini continuó diciendo que el grupo Bilderberg no era propiamente una logia, sinó mucho más. Dijo que las logias eran simples fachadas y que el poder real estaba en la cima de una jerarquía de 33 niveles. Massini invitó a Caesar a unirse al grupo, haciéndole entender que le reportaría grandes ventajas. Massini manifestaba un gran poder y una fuerza psíquica inusual para su edad.

 Desgraciadamente para él, su poder se centraba en una gran arrogancia, un enorme ego, y un sentimiento de superioridad hacia los demás.

Massini dijo que había solicitado el encuentro, debido al poder y las relaciones de Caesar, que el grupo apreciaba sus poderes.

El pentágono utiliza satélites para espiar

Un satélite del Pentágono destinado al espionaje geodésico, basado en tecnología biónica, descubrió en 2002 un hueco en un área específica de los Montes Bucagi. Este espacio vacío del interior de la montaña, no se podía identificar a partir del exterior: empezaba directamente dentro de la montaña, a una cierta distancia de la ladera, y tenía la forma de un túnel bien hecho, con un recorrido perfectamente marcado.

El escaneado que el satélite hizo de la montaña mostraba dos grandes barreras energéticas, dos estructuras de separación, formadas de energía artificial: la primera era como una pared que bloqueaba el acceso al túnel; la segunda era enorme, como una bóveda o una semiesfera situada al final del túnel, cerca del centro de la montaña. Massini se dio cuenta de que allí había algo de extrema importancia y que estaba muy bien protegido. Todo el túnel y la bóveda estaban situados en un mismo plano, paralelo al suelo y la estructura de separación era vertical y semiesférica, siguiendo la forma de la roca de la cima de los montes, llamada “Babele”. De hecho, la inclinación de la estructura vertical acababa a unos 40 metros entre la roca Babele y la roca Esfinge de los Montes Bucagi (Sfinxul din Bucegi).

Una estructura similar en Iraq

El equipo del pentágono vio que la barrera de energía semiesférica tenía la misma frecuencia vibratoria y la misma forma que otra estructura subterránea muy secreta que había descubierto anteriormente cerca de Bagdad, en Irak.

Poco después de este descubrimiento estalló la guerra de Irak y unos meses más tarde los americanos tuvieron acceso al mayor secreto de la zona, sobre el que los iraquíes no sabían nada.

Massimi dijo que lo que se encontraba allí tenía que ver con el misterioso pasado de la Tierra y la historia de la organización a la que él pertenecía. Cuando la investigación del Pentágono advirtió la similitud de la estructura subterránea cerca de Bagdad y la de Bucegi, Massini y la logia masónica a la que pertenecía, de pronto se llenaron de ansiedad. Estuvieron a punto de coger un ataque de nervios, al saber que esta estructura, mucho más grande y compleja que la de Irak, estaba en territorio rumano (Alexander. David, parece que Rumanía tiene una importante misión que cumplir en los próximos años, y los reptilianos también tienen esta información. Encima de los montes Bucegi también se encuentra una pirámide energética –su sombra se puede ver dos veces al año- que tiene una función protectora y mantiene a salvo el conocimiento de la Verdad, que será pronto revelado a todo el mundo en cuando llegue el momento).

Massimi aportó el plan adecuado para llegar al túnel, tal como habían calculado los expertos del Pentágono. La entrada era posible a cerca de 60 o 70 metros de distancia de la primera barrera energética en el lado de la montaña. Massini prometió tecnología militar americana ultra sofisticada para conseguir perforar la primera barrera energética. Era una máquina muy potente que perforaba rocas a alta velocidad con un fuerte chorro de plasma y un campo magnético rotativo. Massimi exigió absoluta discreción sobre el tema.

Los descubrimientos de 2003, en los Montes Bucegi

Al principio, la máquina que hacía la perforación mostraba una extraña desviación del campo magnético, pero más tarde corrigió su trayectoria. La entrada parecía una estación de metro, con las paredes pulidas, y llevaba al enigmático túnel descubierto por el satélite. Al final del túnel había un enorme puerta de piedra que se movería deslizándose hacia la izquierda. Antes de acceder a la puerta, sin embargo, había que atravesar una gran barrera energética. Tres personas del primer equipo especial de intervención estuvieron muy cerca de la barrera invisible, la tocaron por imprudencia, y murieron de paro cardíaco al instante. Cualquier objeto (piedra, plástico, metal o madera) que la tocara, se convertía inmediatamente en fino polvo. Se presentaron también al lugar dos generales del Pentágono y el consejero de la presidencia de Estados Unidos.

Dando golpes al triángulo desde el centro de la roca cuadrada y pulida, Caesar puso en marcha la gran puerta de piedra que en silencio se deslizó dentro de la pared. Este único gesto desconectó la barrera energética y abrió la puerta de piedra. Ahora se podía ver la galería en todo su esplendor. Aunque no había ninguna fuente de luz, la Gran Galería estaba iluminada. Después de desconectar la barrera energética, sin embargo, el gran escudo semiesférico del lado opuesto de la cámara, de pronto subió su vibración y empezó a emitir una radiación más alta.

Observando detenidamente la pared de dentro de la Gran Galería, se veía que aunque parecía sintética, algo orgánico formaba parte también de ella. Tenía el color del aceite, pero sus reflejos eran verdes e incluso azules. El material de la pared era algo rugoso al tacto, y no se podía rascar ni doblar, resistía a cualquier intento de rotura, pinchazo o corte. Las llamas de fuego se auto absorbían de manera extraña. De hecho, el fuego no prendía en este material. Los americanos reconocieron que el material era una mezcla de materia orgánica e inorgánica. A unos 85 metros, la galería de pronto se dirigía a la derecha en un ángulo cerrado. A lo lejos se veía una luz azul, que brillaba como una estrella. Esta luz azul era sólo el reflejo del escudo protector de energía.

En el subterráneo iraquí

Al asesor en seguridad nacional de Estados Unidos, le llegó la notificación de que el escudo energético de Irak (Bagdad) se había activado de golpe, y vibraba a una alta frecuencia. Delante del escudo apareció un holograma de la Tierra, que dibujaba progresivamente el Continente Europeo, luego se dirigía al sudeste, a los Montes Bucegi de Rumanía y finalmente mostraba la localización de la galería. Era obvio que los dos escudos semiesféricos de energía estaban directamente conectados.

Desgraciadamente la presidencia de Estados Unidos fue advertida de lo que ocurría, y se puso en contacto con la diplomacia de Rumanía a través del servicio de inteligencia. En sólo 20 minutos, toda la operación quedó al descubierto. El plan del Sr. Massini se había ido al agua. En un principio, ellos querían tener el control de la operación, pero los políticos rumanos que tenían derecho a estar al corriente del asunto, se asustaron y no supieron hacer frente a los acontecimientos. La tensión diplomática fue ascendiendo, y más todavía, cuando Washington exigió comunicarse urgentemente con los generales del Pentágono que estaban en el escenario de la operación..

Reunión urgente del Consejo Supremo para la Defensa (CSAT)

La reunión urgente del Consejo Supremo para la Defensa (CSAT), generó una oleada de apoyo hacia el Departamento Cero. La mayoría de los presentes a la reunión estaban conmocionados por la noticia que acababan de recibir. El CSAT decidió continuar la investigación y hacer el inventario de todo lo encontrado en la Gran Galería, pero bajo la supervisión del Departamento Cero. Desde Bucarest, llegaron un montón órdenes que se contradecían, algunas muy contundentes, otras más escurridizas, pero todas delatando la gran tensión de fondo. Los miembros del CSAT estaban reunidos permanentemente, en contacto los que estaban en los Montes Bucegi,. Después de discutir el tema desde todos los ángulos posibles, decidieron hacer público el descubrimiento. El Estado de Rumanía iba a hacer una declaración formal al mundo entero, pero algunos miembros del CSAT se opusieron rotundamente a ello.

La declaración oficial de Rumanía

Cuando se informó a la diplomacia americana de que Rumanía iba a dar la noticia de los descubrimientos a los medios de comunicación, se hizo el caos. La Casa Blanca se puso en contacto telefónico con el presidente y en pocas horas, los Estados Unidos bloquearon todas las transacciones financieras con Rumanía y el acceso a todas las instituciones financieras. Rumanía estuvo a punto de declarar el “estado de emergencia” en los Montes Bucegi y la capital.

Las reuniones entre los representantes de Estados Unidos, que llegaron a Bucarest, y el Departamento de Emergencia de Rumanía, se desarrollaron sin la presencia de un intérprete. Las conversaciones fueron muy violentas, todo el mundo chillaba y los americanos amenazaron varias veces con tomar represalias en contra de Rumanía. El resto de países del mundo no sabían nada de lo que estaba ocurriendo, y los americanos sabían muy bien que algunos países muy poderosos iban a estar a favor de Rumanía y apoyar la inmediata publicación de los descubrimientos. 

(Alexander: no creo que fuera realmente así, pero los Estados Unidos sabían que Rumanía era un país pequeño y pobre que se iba a dejar intimidar fácilmente por el “poder” dé América).

La declaración oficial habría demostrado al mundo el descubrimiento de los Montes Bucegi, con fotos y toda la información necesaria. Se pensaba invitar a los principales científicos e investigadores.

 Lo más importante de todo es que se habría revelado el verdadero origen de la humanidad y la verdad sobre la Historia, casi absolutamente falsa.

Los americanos reaccionaron muy mal, porque esta declaración en pocos segundos habría acabado con la influencia y poder internacional que ejercían, y habría sumido a la población norteamericana en el caos. Esta fue la razón más importante que arguyeron, la de no sembrar el pánico. Se olvidaron no obstante, de ver que ese estado de angustia y posible desorden social no era más que el resultado automático de cientos de años de engaño y manipulación deliberados por parte de la masonería.

 También intervino el Papa, llamando a la moderación antes de que la humanidad diera este gran paso fundamental.

El Papa prometió ofrecer ciertos documentos de gran importancia al estado de Rumanía, procedentes del antiguo archivo papal, que demostraban la importancia del descubrimiento de los Montes Bucegi. 

Después de 24 horas de conversaciones, Rumanía y los Estados Unidos llegaron a un acuerdo y decidieron cooperar bajo condiciones precisas. Rumanía tenía que aplazar la declaración e ir presentando los hechos paulatinamente al mundo.

La sala de proyecciones

La Gran Galería terminaba abruptamente en una gran cámara de 30 metros de altura y 100 metros de longitud. La sala era más pequeña que la de entrada a la montaña y estaba protegida por el escudo de energía. Conforme se avanzaba hacia el escudo, una parte del mismo desaparecía a modo de puerta, permitiendo el acceso a la habitación. El escudo protegía la habitación de cualquier tipo de influencia externa. Una vez en el interior, el escudo se volvía compacto y aparecía como una pared de tono blanco dorado.

En la parte de atrás, el escudo no llegaba al suelo, como en la parte de delante, porque había una pared de piedra. La pared tenía entre 10 y 12 metros de altura y de ahí salían tres enormes túneles: uno frontal, y los otros de manera simétrica a ambos lados, iluminados por una luz difusa de tono verdoso. El acceso a estos túneles estaba terminantemente prohibido por el protocolo secreto que firmaron Rumanía y Estados Unidos.

Narom