En 1934 tuvo lugar este
primer encuentro secreto entre una delegación extraterrestre y el gobierno
estadounidense, mandado en aquella época por el Presidente Franklin Delano
Roosevelt.
Tuvo lugar a bordo del buque de
guerra USS Pennsylvania, en algún lugar en medio del Océano Pacífico,
probablemente en una zona cercana a Hawái.
En este mismo año y a bordo de
este acorazado, uno de los buques insignia de la Marina estadounidense, tuvo
lugar el Primer Contacto directo entre una delegación extraterrestre y un
presidente estadounidense, el Presidente Roosevelt, el nº 32 de los presidentes
americanos.
Por cierto, que es anecdótico
recordar que uno de los pocos barcos que se salvaron del ataque japonés en
Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941 fué el Pennsylvania, por encontrarse en
ese momento en estado de mantenimiento y reparación en dique seco.
Puestos en contacto el gobierno
estadounidense y las entidades extraterrestres, éstos propusieron proporcionar
alta tecnología, armas modernas, y colaborar en otros asuntos importantes
siempre y cuando a cambio de silencio, y a cambio también de dejar operar a las
naves extraterrestres en la Tierra cuando así ellos lo necesitasen. Roosevelt
en 1934 y Eisenhower en 1954. Otros presidentes también tuvieron contactos con extraterrestres,
o como mínimo, estuvieron informados.
El 7 de enero de 1943 falleció el
inventor Nicola Tesla. Los agentes del FBI, mandados por John Edgar Hoover,
maestre masón del grado 33 por el Rito Escocés, entraron en casa de Tesla y
confiscaron todos sus documentos, aparatos y objetos, trasladándolos a un lugar
seguro para el Gobierno Masónico de Estados Unidos.
Como resultado de la información
tecnológica facilitada por los extraterrestres, el Gobierno estadounidense
llevó a cabo, entre otras cosas, el Experimento Filadelfia.
El Experimento de Filadelfia tuvo
lugar el 28 de octubre de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial.
Al parecer, se realizó sobre dos
barcos militares, el Eldridge y el Idaho.
El destructor Eldridge, DE-173,
equipado con un generador de alta frecuencia se tele transportó desde
Filadelfia hasta el puerto de Norfolk en Virginia, a 600 kms, para después, al
cabo de unos 15 minutos, volver de nuevo al muelle de Filadelfia.
Según los testigos, el barco
aparecía y desaparecía en medio de una neblina verde. Los investigadores de
este caso creen que esas ondas de alta frecuencia fueron las que provocaron
daños en los tripulantes del buque americano. Los marineros y oficiales
afectados padecieron posteriormente extraños síntomas, desde enfermedades hasta
visiones y alucinaciones, otros murieron; ¡¡algunos de ellos decían que veían
seres extraterrestres!!..
En cuanto al Idaho, la historia
de este experimento relata que tuvo un final más incierto, ya que por lo visto
desapareció completamente y nunca más volvió a regresar.
Parte de las filtraciones acerca
del encuentro entre los extraterrestres y el Gobierno de Roosevelt en el
Pacífico y del Experimento Filadelfia, salieron a la luz gracias a Alfred
Bielek, uno de los ingenieros electrónicos que participaron en el Experimento
Filadelfia, el cual aportó también el dato de que estos seres extraterrestres
tenían un tono verdoso, y según afirmaban ellos mismos, decían provenir de Las
Pléyades.
Bajo los acuerdos secretos con el
Gobierno americano, los extraterrestres abrieron una serie de “ventanas o
puertas dimensionales” localizadas en ciertos puntos geográficos del planeta,
para que sirvieran de pistas de tele transportación en sus viajes al Espacio
Estelar o hacia otras dimensiones.
Uno de estos pasillos de tele
transportación estaría en la zona conocida como el “Triángulo de las Bermudas”,
que sería uno más de una serie de triángulos en cuyos espacios han desaparecido
frecuentemente tanto barcos como aviones o personas. Curiosamente, según han relatado
los testigos, cuando desaparecen naves en estos triángulos misteriosos, lo
hacen en medio de una neblina verde, el mismo fenómeno que envolvió a los
barcos del Experimento Filadelfia. En los años posteriores al Incidente de
Roswell de 1947, se produjeron Encuentros secretos entre una Delegación del
Gobierno de Estados Unidos y representantes extraterrestres.
Los seres extraterrestres
aceptaron intercambiar alta tecnología, incluyendo también su aplicación
militar, a cambio del riguroso silencio de los comités secretos gubernamentales
para la materia extraterrestre y el ocultamiento del asunto extraterrestre por
parte del Gobierno.
En el siniestro Acuerdo, en el
que estuvieron entre otras personalidades, el Presidente estadounidense
Eisenhower, también se concedía permiso a los extraterrestres para que
realizaran secuestros y experimentos con humanos, animales, y material
biológico terrestre.
Ellos, los extraterrestres, son
los responsables de dirigir el proyecto del Nuevo Orden Mundial, de un Gobierno
único para toda La Tierra que controle todos los recursos energéticos del
planeta.
Además, la meta final, sería el
control electrónico de todos los seres humanos de La Tierra, mediante la
implantación de un sofisticado microchip, de tecnología súper-avanzada, basada
en los conocimientos extraterrestres.
El Gobierno Secreto Mundial, en
la sombra, articulado desde Estados Unidos, ya ha sellado esta Alianza y todos
sus correspondientes pasos con los Extraterrestres, y cooperan de lleno en la
realización de este programa de control de La Tierra.
El investigador americano Alfred
Bialek, por su parte, explicó en una entrevista en la revista Soureign Scribe
que, en los años 30 dos razas de origen extraterrestre, los Pleyadianos y los
Grises, ofrecieron su ayuda al gobierno de los Estados Unidos.
La ayuda de los Pleyadianos fue
rechazada, pero se pactó con los Grises. Se dice que los Pleyadianos ayudaron a
los alemanes.
Así, se habla de que en 1933 el
gobierno americano (dirigido por Roosevelt) pactó un negocio con los
Grises:
El intercambio de humanos y
animales por la Alta Tecnología de los alienígenas (Hamilton-Lecture, CBR
UFO-Briefing, 3-3-1990, pág. 1b).
Alfred Bialek afirmó también en
otra entrevista que Roosevelt firmó el acuerdo en 1933 con los Grises. Los
Pleyadianos, en cambio, se fueron con los nazis.
De esta forma se establecieron
dos poderes, uno a cada lado del Atlántico, que se estaban preparando para
luchar entre ellos.
Un lado les alimentaba con
información técnica y, posiblemente, existió alguien más en el otro lado, que
haría lo mismo, para nivelarlo.
Ya puedes ver cuántas
especulaciones existen sobre el tema OVNI del III Reich pero, ¿qué hay de
cierto en todo esto?
Todos conocemos la particularidad
de los intereses nazis: los estudios genéticos de Josep Méngüele, la búsqueda
de tesoros, etc. Otro claro ejemplo son las conocidas Bolas de Fuego. Las
apariciones de los famosos Foo Fighters o Bolas de Fuego, durante la guerra, se
clasificaron como de origen alemán.
Los Foo Fighters, fueron descriptos como de
unas estructuras esféricas y capaces de observar y perseguir a los aviones
aliados. Se desarrollaron en Wiener-Neustadt bajo la dirección de las tropas
técnicas de la SS. Mediante la radio hacían maniobrar a los Foo Fighters cerca
de los aviones aliados; se orientaban a través de sensores infrarrojos
siguiendo los gases de escape de los motores de las máquinas de sus enemigos.
El objetivo principal era provocar interferencias en los radares, para así
provocar un aterrizaje involuntario.
Desarrollaron y probaron muchas
“súper armas”, pero eso sí, en pocas cantidades. El auténtico objetivo de los
nazis era un arma que no escupiera fuego ni bramara, un arma silenciosa y
misteriosa. ¿Pero que empujó a Hitler a construir algo como los platillos volantes?
¿Fueron los indígenas quienes enseñaron a Hitler como agradecimiento?
Si encontraron en Akakor el
platillo, quizás los nazis buscaron a científicos que descifraran la energía
utilizada por aquellos “Dioses” que bajaron hace 15.000 años a la Tierra.
Algunos especuladores así lo aseguran y señalan al inventor Viktor Schauberger
como su ariete.
Fuente: Expedientes X Files